Un sentimiento
Llevo tiempo sin escribir, pero la vida no se ha quedado en el día 3.
Cuando os contaba que... de mayores nos pasan cosas en las que nos toca estar, os tengo que confesar, que pensaba en la muerte.
Me cuesta escribir sobre esto. A cada frase, me paro unos segundos a pensar y a borrar.
Me parece muy curioso el que estemos algunos de nosotros dándole vueltas a lo mismo en la cabeza. El tema ha pasado en pocos días por el blog de Ezne, de NiCo y en el de Su. También por mi vida.
Hace un par de semanas, fui al hospital para ver a mi abuela. Está mayor, y le costaba mucho respirar. Fue una sensación extraña y pensé miles de cosas durante el tiempo en el que estuve en esa habitación. Pensaba... en lo corta que es la vida, en lo joven que soy y en la suerte que tengo. Y no me doy cuenta. Me paso el día quejándome y sintiéndome mal por no conseguir lo que quiero.
Me dio pánico verla tumbada en la cama, sin ganas de mirarnos, sólo deseando morir.
No sé qué mal ha hecho mi abuela para estar viviendo los últimos días de su vida de esta manera. No quiero pensar que se debe a algo.
De mi alrededor, sólo han muerto dos personas. Y aunque es triste, lo entiendo.
Creo que la muerte de Niña tranquila, me tocó mucho. He hablado poco de ello, pero es algo que tengo dentro y salta de manera permanente en muchas ocasiones. Se suicidó con 18 años. Sólo conozco detalles de lo que se le pudo pasar por la cabeza para hacer eso, pero ninguno estamos seguros de nada, sólo ella lo sabe.
A veces parece que me avisan de que un momento se va a convertir en importante. Recuerdo la última vez que la vi. Salía de un examen y yo estaba en el pasillo del instituto esperando probablemente a alguien, no lo sé. El caso es que ella se paró delante de su clase y pensé en acercarme a preguntarle qué tal le había salido, pero estaba muy triste, no era buena idea, no le habría ido bien. Llevaba un pantalón claro, una camisa roja y una coleta. Bueno... no... esta no fue la última vez que la vi...
Un día en clase, nos sentaron juntas y no paraba de hacerme preguntas sobre lo que el profesor explicaba. Nunca me ha gustado que me hablen en clase, estoy atenta, pero aquel día, no sé de donde saqué paciencia y le iba contando todo lo que no entendía, hasta que el profesor me regañó. Me acuerdo que me sentó fatal que me llamara la atención de esa manera, se puso muy borde, pero ella me pidió perdón, y no tuve corazón para enfadarme con ella. Y menos mal, porque ahora me sentiría fatal al pensar que fue la última vez que hablamos.
Cuando llegué a casa, mi hermana me dijo que me había llamado Angie porque alguien se había suicidado. No me lo podía creer -como dice Su-. No te lo crees. Cuando eres tan joven, piensas que eso sólo pasa cuando alguien es muy mayor, pero con toda la vida por delante, que ocurran estas cosas no tiene lógica.
No voy a contar qué sucedió, porque fue horrible. Sin palabras. Lo tenía todo medido y no flaqueó en ningún momento. Siempre he pensado, que ojalá alguien hubiera hablado con ella para que canalizara toda la fuerza que demostró en hacer lo que hizo, en intentar arreglar las cosas que no le gustaban de su vida. Me impresionó su valentía frente a la muerte, y sus pocas ganas de saber qué pasará en el mañana, cuando ese año odioso para ella, hubiera quedado bien lejos.
Me acuerdo perfectamente de aquel día gris. Parecía que todo sucedía a cámara lenta. Quedar con mis amigos para ir al cementerio... llegar allí... ver a su familia... y a todo el mundo destrozado...
Pensaba en todo y en todos. Los profesores lloraban. Sus hermanas intentaban aguantar lo que llevaban por dentro. Su padre parecía loco hablando con ella. Y su madre, era una maraña de pelos revueltos, mojados por las lágrimas... caída en cualquier asiento y con la desgarradora frase constante que no paraba de repetir una y otra vez entre sollozos... Sólo decía su nombre.
Ese día es mío, forma parte de mi recuerdo y tambaleó la seguridad mentirosa que es el creer que por ser joven, la muerte no toca.
He dicho que pensaba en todos. También en los sepultureros, que hacen eso cada día. Encierran un cuerpo sin vida. Espero que el día a día no les vuelva tan insensibles como para que no les afecte el malestar del resto de personas que están ahí viendo cómo hacen, lo que no soportan ver.
No me quiero quedar con su imagen de aquel día. Hacía honor a su nombre de Niña tranquila. Su aspecto transmitía paz. Pero yo, sin saberlo, había congelado hacía tiempo un momento para recordarla siempre. Fue un día de primavera, éramos más pequeñas y... nos vimos paseando por El Retiro. Sólo nos dijimos hola, y nos sonreímos. Pero ahora, cada vez que paso por allí, siempre miro y retengo unos segundos su imagen en mi cabeza. Y pienso en su voz, para no olvidarla nunca.
No sé cómo al final me he puesto a contar esto. Sólo pensaba dar muchos ánimos a Su, ya que sus dos últimos posts han sido los que han despertado estos recuerdos. Que como he dicho no están dormidos, que siguen presentes en mi.
Creo que empezar hablando de mi abuela, y de aquel día en el hospital, era un pequeño truco que ha usado mi mente, para en realidad hablar de ella. Necesitaba poner en orden sus recuerdos.
Hace unos días, una amiga me llamó para contarme que había muerto una amiga suya. Con 24 años. Y pienso en lo injusta que es la vida, que se la da a quien no la quiere, como a mi abuela, y se la niega, a quien la vive en plenitud.
El post de hoy se podría llamar sentimientos, porque lo he escrito como son ellos. Son tristeza, son ternura, amor y odio. Un desorden y una mezcla de todo. Un sentimiento, es lo que llevamos dentro. Y yo esta vez, he dejado salir, a uno de ellos.
Cuando os contaba que... de mayores nos pasan cosas en las que nos toca estar, os tengo que confesar, que pensaba en la muerte.
Me cuesta escribir sobre esto. A cada frase, me paro unos segundos a pensar y a borrar.
Me parece muy curioso el que estemos algunos de nosotros dándole vueltas a lo mismo en la cabeza. El tema ha pasado en pocos días por el blog de Ezne, de NiCo y en el de Su. También por mi vida.
Hace un par de semanas, fui al hospital para ver a mi abuela. Está mayor, y le costaba mucho respirar. Fue una sensación extraña y pensé miles de cosas durante el tiempo en el que estuve en esa habitación. Pensaba... en lo corta que es la vida, en lo joven que soy y en la suerte que tengo. Y no me doy cuenta. Me paso el día quejándome y sintiéndome mal por no conseguir lo que quiero.
Me dio pánico verla tumbada en la cama, sin ganas de mirarnos, sólo deseando morir.
No sé qué mal ha hecho mi abuela para estar viviendo los últimos días de su vida de esta manera. No quiero pensar que se debe a algo.
De mi alrededor, sólo han muerto dos personas. Y aunque es triste, lo entiendo.
Creo que la muerte de Niña tranquila, me tocó mucho. He hablado poco de ello, pero es algo que tengo dentro y salta de manera permanente en muchas ocasiones. Se suicidó con 18 años. Sólo conozco detalles de lo que se le pudo pasar por la cabeza para hacer eso, pero ninguno estamos seguros de nada, sólo ella lo sabe.
A veces parece que me avisan de que un momento se va a convertir en importante. Recuerdo la última vez que la vi. Salía de un examen y yo estaba en el pasillo del instituto esperando probablemente a alguien, no lo sé. El caso es que ella se paró delante de su clase y pensé en acercarme a preguntarle qué tal le había salido, pero estaba muy triste, no era buena idea, no le habría ido bien. Llevaba un pantalón claro, una camisa roja y una coleta. Bueno... no... esta no fue la última vez que la vi...
Un día en clase, nos sentaron juntas y no paraba de hacerme preguntas sobre lo que el profesor explicaba. Nunca me ha gustado que me hablen en clase, estoy atenta, pero aquel día, no sé de donde saqué paciencia y le iba contando todo lo que no entendía, hasta que el profesor me regañó. Me acuerdo que me sentó fatal que me llamara la atención de esa manera, se puso muy borde, pero ella me pidió perdón, y no tuve corazón para enfadarme con ella. Y menos mal, porque ahora me sentiría fatal al pensar que fue la última vez que hablamos.
Cuando llegué a casa, mi hermana me dijo que me había llamado Angie porque alguien se había suicidado. No me lo podía creer -como dice Su-. No te lo crees. Cuando eres tan joven, piensas que eso sólo pasa cuando alguien es muy mayor, pero con toda la vida por delante, que ocurran estas cosas no tiene lógica.
No voy a contar qué sucedió, porque fue horrible. Sin palabras. Lo tenía todo medido y no flaqueó en ningún momento. Siempre he pensado, que ojalá alguien hubiera hablado con ella para que canalizara toda la fuerza que demostró en hacer lo que hizo, en intentar arreglar las cosas que no le gustaban de su vida. Me impresionó su valentía frente a la muerte, y sus pocas ganas de saber qué pasará en el mañana, cuando ese año odioso para ella, hubiera quedado bien lejos.
Me acuerdo perfectamente de aquel día gris. Parecía que todo sucedía a cámara lenta. Quedar con mis amigos para ir al cementerio... llegar allí... ver a su familia... y a todo el mundo destrozado...
Pensaba en todo y en todos. Los profesores lloraban. Sus hermanas intentaban aguantar lo que llevaban por dentro. Su padre parecía loco hablando con ella. Y su madre, era una maraña de pelos revueltos, mojados por las lágrimas... caída en cualquier asiento y con la desgarradora frase constante que no paraba de repetir una y otra vez entre sollozos... Sólo decía su nombre.
Ese día es mío, forma parte de mi recuerdo y tambaleó la seguridad mentirosa que es el creer que por ser joven, la muerte no toca.
He dicho que pensaba en todos. También en los sepultureros, que hacen eso cada día. Encierran un cuerpo sin vida. Espero que el día a día no les vuelva tan insensibles como para que no les afecte el malestar del resto de personas que están ahí viendo cómo hacen, lo que no soportan ver.
No me quiero quedar con su imagen de aquel día. Hacía honor a su nombre de Niña tranquila. Su aspecto transmitía paz. Pero yo, sin saberlo, había congelado hacía tiempo un momento para recordarla siempre. Fue un día de primavera, éramos más pequeñas y... nos vimos paseando por El Retiro. Sólo nos dijimos hola, y nos sonreímos. Pero ahora, cada vez que paso por allí, siempre miro y retengo unos segundos su imagen en mi cabeza. Y pienso en su voz, para no olvidarla nunca.
No sé cómo al final me he puesto a contar esto. Sólo pensaba dar muchos ánimos a Su, ya que sus dos últimos posts han sido los que han despertado estos recuerdos. Que como he dicho no están dormidos, que siguen presentes en mi.
Creo que empezar hablando de mi abuela, y de aquel día en el hospital, era un pequeño truco que ha usado mi mente, para en realidad hablar de ella. Necesitaba poner en orden sus recuerdos.
Hace unos días, una amiga me llamó para contarme que había muerto una amiga suya. Con 24 años. Y pienso en lo injusta que es la vida, que se la da a quien no la quiere, como a mi abuela, y se la niega, a quien la vive en plenitud.
El post de hoy se podría llamar sentimientos, porque lo he escrito como son ellos. Son tristeza, son ternura, amor y odio. Un desorden y una mezcla de todo. Un sentimiento, es lo que llevamos dentro. Y yo esta vez, he dejado salir, a uno de ellos.
13 comentarios
AOH/Rasczak -
Ewok -
Marta -
Pikifiore -
Besitos
Galiana -
Creo que hay que avivar el fuego, que no le falte leña ni oxigeno, no se puede vivir aparcando las ilusiones. Un besote Kamala!
NiCo -
Y me puedo ir un poco más atrás en el tiempo. NiCo tenía 18 años y toda una vida, al igual que sus compañeros de curso. Un día (los de mi curso) decidieron irse de fiesta y... al volver, en el camino se quedó una niña.
Iban 5 en un coche, borrachos, sin cinturones, y se estrellaron de frente contra un camión.
Tengo muchas historias desafortunadamente. Ahora me entiendes?
Besos y sentimientos
Rut -
Un besito y me alegro de que hayas logrado escribir tus sentimientos, porque para mi, sólo cuando escribo, siento que vuelvo a respirar...
Ezne -
Asi que te dire que la muerte es solo la hermana de la vida... Que vivir todos tratamos de hacerlo lo mejor que sabemos, pero para morir no hace falta aprender nada.
Tambien es bueno enfrentarse a los sentimientos de angustia y los recuerdos de las personas que no están, aunque creo sinceramente que no mueren mientras los recordemos. El olvido es, a mi manera de ver, el peor de los castigos.
Ya sé que me estoy liando a escribir, y eso que no se me ocurrian palabras... solo te puedo desear mucho animo, y fuerza para vencer a veces al caos emocional en el que nos vemos inmersas...
Un besazo
ZilC -
Las personas que más me gustan son aquellas que son capaces de quitarse esas capas que nos hacen duros y nos aislan de nuestros sentimientos.
Gracias por compartirte.
El ligre -
Para cometer el acto en si puede queno haga falta valor, mas bien sangre fría, pero... Hace falta mucho valor para dias antes, seguir sonriendole a tus amigos, seguir haciendo como que todo va bien... Eso es otro tema.
P.D. Mira el correo
monocamy -
Pero una vez superado, lo que antes nos apesadumbró, luego nos hará reír. Pero este juego tiene también sus casillas "chungas" (como el juego de la oca) y es que, cuando alguien se va, la comunicación se interrumpe, y eso duele mucho.
Acabaremos riendo todos, y si no acuérdate. :***
Rafael -
y ya no puedo volver porque no me deja el tiempo.
Se que muero porque estoy viviendo
y porque el tiempo pasó.
Y el tiempo que no llegó
será el de irme muriendo.
Voy a vivir todo el tiempo
que me queda por vivir
a tu lado, a tu viento,
¡¡Yo quiero morir en ti!!
Yo prefiero verlo así.
Saludos Kamalita y ¡¡Arriba los corazones!!
AOH/Rasczak -
Cuando algo carece completamente de sentido hacerlo, se deja de hacer y punto.