El teatro de los sueños
A finales de mayo mi hermana actuó con su grupo de teatro. La verdad es que me quedé helada con la representación que hizo.
Ese día llegué antes de tiempo al centro cultural y cogí buen sitio para verlo todo de cerca, no quería perderme detalle. Y cuando se abrió el telón también se abrieron con él todos mis sentidos. Empecé a entusiasmarme y me puse un ratito a soñar. Me imaginaba a mi misma en el centro del escenario, representando la más bonita escena de amor que se hubiera hecho nunca. Representaría una mujer de carácter, eso seguro, pero con dudas y temores que al fin y al cabo es lo que tenemos todas-. Y cuánto más me metía en mi papel, más a gusto me encontraba, y más dejaba volar mi imaginación.
Al momento, comenzó la función. Aparecieron en escena los primeros actores y me sorprendió la sensación que tenía de haber echado de menos las butacas de un teatro...
La obra tenía una buena parte cómica, y nos estuvimos riendo mucho. Todos los espectadores nos conocíamos, éramos gente del barrio y cuando algún actor nuevo aparecía en el escenario, se oía el rumor de la gente que es fulanito, ¡que es fulanito! mira cómo va y sonido de muchas risas.
Llegó el turno de Luna. En casa, cuando ensayaba, por los nervios, decía su papel muy rápido. Mi madre estaba sufriendo para que todo saliera bien. Yo, apoyé la cabeza en mi mano derecha y la observaba atenta con la certeza de que lo iba a hacer genial.
Sinceramente, me quedé sin palabras. Supo llenar el escenario con su presencia. No falló nada... el tono de voz, la entonación, sus gestos... Hubo un momento en el que tras decir una de sus frases se esperaban risas, y ¡claro que llegaron! Ella echó una mirada al público y nos metió a todos en el bolsillo. Qué guapa la vi en ese momento.
Cuando la obra acabó, se notaba que nos había atrapado a todos. Mi hermana fue felicitada por muchas personas que se acercaban sólo a darle un beso. Pero ahora os digo un secreto.... Luna lo hizo genial, para mi la mejor, pero no sé qué me pasó con la actriz que hacía de criada que me encantó. Me hizo reír mucho con sus andares y su tono de voz. Creo que dio mucha vida a la función.
A los pocos días, llegaba a casa de la universidad, y vi a una señora mayor sentada en un banco del parque que me pilla de camino. Enseguida me di cuenta de que era la criada. Me pareció que estaba muy triste, no sé, o tal vez pensativa. El día de la representación no pude acercarme a felicitarla, y pensé que aquel era un buen momento. Así que, con paso decidido me puse delante de ella y le dije hola, usted es Buenapersona, ¿verdad? Yo soy kamala, hermana de Luna. Me saludó y a partir de ahí nos pusimos a charlar. Le dije todo lo que me había gustado su papel y lo bien que me lo había hecho pasar. Ella se animó al instante, y ya no dejó de contarme cosas, de su vida privada, de todo lo que hacía, su familia, hijos... Cuando se lo conté a Luna al llegar a casa, me dijo que Buenapersona me había contado en cuarenta minutos lo que a ella le había costado ¡siete meses!
Después de ese tiempo, me despedí de ella y la dejé sentadita en el banco hasta que diera la hora de irse para casa. Yo tenía aún muchas cosas que estudiar, y me iba pensando en la manera tan tonta que tengo siempre de liarme con las cosas y perder el tiempo. ¿Sabéis qué más? Que ahora no me acuerdo de la asignatura que tenía que estudiar, pero no se me olvida el cambio que dio la cara de Buenapersona de tristeza al principio a su sonrisa del final. Y mientras me marchaba nerviosa por lo tarde que se me había hecho, iba pensando que... no sé a quién... de las dos... le hizo más falta aquella conversación...
No os penséis que me voy sin daros un beso...
Ese día llegué antes de tiempo al centro cultural y cogí buen sitio para verlo todo de cerca, no quería perderme detalle. Y cuando se abrió el telón también se abrieron con él todos mis sentidos. Empecé a entusiasmarme y me puse un ratito a soñar. Me imaginaba a mi misma en el centro del escenario, representando la más bonita escena de amor que se hubiera hecho nunca. Representaría una mujer de carácter, eso seguro, pero con dudas y temores que al fin y al cabo es lo que tenemos todas-. Y cuánto más me metía en mi papel, más a gusto me encontraba, y más dejaba volar mi imaginación.
Al momento, comenzó la función. Aparecieron en escena los primeros actores y me sorprendió la sensación que tenía de haber echado de menos las butacas de un teatro...
La obra tenía una buena parte cómica, y nos estuvimos riendo mucho. Todos los espectadores nos conocíamos, éramos gente del barrio y cuando algún actor nuevo aparecía en el escenario, se oía el rumor de la gente que es fulanito, ¡que es fulanito! mira cómo va y sonido de muchas risas.
Llegó el turno de Luna. En casa, cuando ensayaba, por los nervios, decía su papel muy rápido. Mi madre estaba sufriendo para que todo saliera bien. Yo, apoyé la cabeza en mi mano derecha y la observaba atenta con la certeza de que lo iba a hacer genial.
Sinceramente, me quedé sin palabras. Supo llenar el escenario con su presencia. No falló nada... el tono de voz, la entonación, sus gestos... Hubo un momento en el que tras decir una de sus frases se esperaban risas, y ¡claro que llegaron! Ella echó una mirada al público y nos metió a todos en el bolsillo. Qué guapa la vi en ese momento.
Cuando la obra acabó, se notaba que nos había atrapado a todos. Mi hermana fue felicitada por muchas personas que se acercaban sólo a darle un beso. Pero ahora os digo un secreto.... Luna lo hizo genial, para mi la mejor, pero no sé qué me pasó con la actriz que hacía de criada que me encantó. Me hizo reír mucho con sus andares y su tono de voz. Creo que dio mucha vida a la función.
A los pocos días, llegaba a casa de la universidad, y vi a una señora mayor sentada en un banco del parque que me pilla de camino. Enseguida me di cuenta de que era la criada. Me pareció que estaba muy triste, no sé, o tal vez pensativa. El día de la representación no pude acercarme a felicitarla, y pensé que aquel era un buen momento. Así que, con paso decidido me puse delante de ella y le dije hola, usted es Buenapersona, ¿verdad? Yo soy kamala, hermana de Luna. Me saludó y a partir de ahí nos pusimos a charlar. Le dije todo lo que me había gustado su papel y lo bien que me lo había hecho pasar. Ella se animó al instante, y ya no dejó de contarme cosas, de su vida privada, de todo lo que hacía, su familia, hijos... Cuando se lo conté a Luna al llegar a casa, me dijo que Buenapersona me había contado en cuarenta minutos lo que a ella le había costado ¡siete meses!
Después de ese tiempo, me despedí de ella y la dejé sentadita en el banco hasta que diera la hora de irse para casa. Yo tenía aún muchas cosas que estudiar, y me iba pensando en la manera tan tonta que tengo siempre de liarme con las cosas y perder el tiempo. ¿Sabéis qué más? Que ahora no me acuerdo de la asignatura que tenía que estudiar, pero no se me olvida el cambio que dio la cara de Buenapersona de tristeza al principio a su sonrisa del final. Y mientras me marchaba nerviosa por lo tarde que se me había hecho, iba pensando que... no sé a quién... de las dos... le hizo más falta aquella conversación...
No os penséis que me voy sin daros un beso...
14 comentarios
kamala -
¿Sabes? me encanta escuchar, pero desde que descubrí a Ojos tristes, comprendí lo bonito que es sentirse escuchada también.
Un beso.
Galiana -
Creo que tu éxito está en tu forma de escuchar: Intentas comprender lo que siente la otra persona, no te quedas en lo que dice... eso es lo importante para no perder el tiempo cuando nos quieren contar algo...
Un beso a todos.
(me alegra ver parte de la familia del foro, un beso especial para Marta y Duda, Mapache y Kamala)
kamala -
su, sí, estoy muy orgullosa de ella, sobre todo por lo tímida que ha sido siempre y lo atrevida que he sido yo. Eso me hace todavía sorprenderme más, porque yo no hubiera sido capaz de hacer lo que ella hizo. Creo que no. Y sí... mi cara la verdad es que lo decía todo. Cuando salió de escena tomé aire y subió así mezclada con lágrimas, ¿sabes? Una sensación muy rara... pero muy agradable. Siempre me encanta verte por aquí.
roouus, qué alegría levantarme por la mañana y ver que alguien había entrado hoy. Muchas gracias a ti también por tus palabras, pero me pondré muy tontita como sigáis así... jejeje. Sí, tienes razón, cuando hablé con ella me sentí estupendamente bien, no sólo por lo que dí, sino, como dije en le post, lo que recibí yo. Un beso.
kamala -
NiCo, me halagas diciendo que te gusta cómo cuento las cosas, y me animas a continuar haciéndolo. Se nota que te gusta, no sé... me parece muy sincero todo lo que me dices, cuando te pones serio... Gracias NiCofiel, un beso.
Migala, joooo, ¿yo soy buena persona? Jajajaja, qué maja. Claro que te permito la licencia. Verás, a mi me gusta cuando la gente se acerca a charlar conmigo desinteresadamente, y creo que eso fue lo que me impulsó a acercarme a hablar con ella. Creo que las cosas que se hacen sin pensar, son las mejores, porque son las que salen del alma. Seguro que tú siendo virgo piensas lo mismo. Gracias a ti también. Un beso.
AOH/Rasczak, entiendo perfectamente lo que quieres decir, que muchas veces tienes esa necesidad de hablar, de abrirte a alguien y un desconocido es la persona adecuada porque no te conoce, y no te juzgará. El ir con una sonrisa también hace mucho... También dice mucho de ti lo que hiciste porque sí la primera vez que hablaste conmigo. Yo no olvido. Un beso.
roouus -
A veces esa sensacion de altruismo es el iceberg del egoismo positivo. Seguro que despues de tu charla con esa señora te sentiste grande por dentro, diste algo de ti que nadie espera recibir. El agradecimiento aparece sólo.
joooo nena, vas muy linda por el mundo, ¿ lo sabes ?
su -
El detalle de Buenapersona, sencillamente me encantó.
Un beso muuy fuerte.
monocamy -
No es cierto :)
Entrar a un blog es, en realidad, abrir el telón de una obra desconocida.
De momento, estoy aplaudiendo.
:D
:**
AOH/Rasczak -
Y ser desconocido y hacer algo así "porque sí", dice mucho de la persona y de lo que vale.
La verdad es que no se si me he explicado bien, yo me entiendo. xD
Migala -
Un besito
NiCo -
así que tienes una hermana... tienes una famiia...
lo tienes tó.
un beso
Marta -
Besos
kamala -
Más besos.
kamala -
Y fíjate por donde, hablar contigo seguro que es muy fácil y... me encontraría muy a gusto.
Un beso.
Marta -
Debes tener un "algo" encantador, creo que, -sin conocerte aún-, no me importaría nada tener una conversación contigo.
besos