11 de Marzo de 2004
Hoy se cumplen dos años del 11M. Me apetecía contar cómo fue aquel día para mi, y los siguientes, para no olvidarlo.
Recuerdo que estaba durmiendo y sonó el teléfono. Me levanté sobresaltada pensando que me habría quedado dormida y que serían las tantas de la mañana. Pero no, sólo eran las 8:45. Levanté el auricular somnolienta, y un poco asustada, porque era raro recibir una llamada de esa persona a esas horas. Me dijo que si estábamos bien mi hermana y yo, que había habido un atentado en Atocha. Yo no me lo podía creer. Tras colgar, puse la tele y ya no me pude despegar de la pantalla.
Sólo veía imágenes, y cambiaba de canal una y otra vez porque quería enterarme de todo. Empecé a oír el resto de explosivos colocados en El Pozo y la calle Téllez. A los pocos minutos llegó mi hermana del médico, y nos pusimos a hablar. Ella se había enterado de todo porque al ambulatorio estaban llevando gente con heridas leves, y algunas personas que se habían enterado de lo sucedido, lloraban.
Era una situación de total impotencia. Después del primer shock, llamé a mi madre que estaba ya en el trabajo. Siempre recurro a ella aunque sabía que no coge el tren para ir a trabajar (sólo pensar que también podría haber bombas en el metro se me ponía un nudo en la garganta). Nos tranquilizó y nos dijo que se había enterado, pero que estaba todo el mundo bien. Se refería a mi familia, ya que uno de ellos tomaba esa línea y otra hacía transbordo allí. Así que hubo suerte. Mi padre entraba a trabajar más tarde que cuando estallaron los explosivos. Mi prima, aquel día entraba una hora más tarde (¿casualidad?) y mi tío, perdió el tren en el que iba la bomba de El Pozo. Cuando llegó al andén le prohibieron coger el siguiente porque algo había ocurrido. Yo, aunque estaba asustada, estaba tranquila con respecto a mi familia. Sabía, no sé por qué, que todos estábamos bien.
Bueno... toda la mañana estuvimos pegadas al televisor mi hermana y yo. Ni siquiera podía llorar. No podía creer que eso le estuviera pasando a Mi Madrid. Me volvía loca mirando todas las caras por si reconocía a alguien. Hablé con una amiga de inglés, que sabía que vive justo en esa línea de Renfe, pero estaba bien. Ese día, cogió el coche en lugar del tren (........ espeluznante....).
Fue un día de total impotencia, porque no sabía qué hacer, y lo necesitaba. También de admiración, porque como si se tratara de un acuerdo tácito, todo el mundo se puso a la altura de las circunstancias. Todo el mundo se apoyó en todo el mundo. Gente ayudando, los bomberos, la policía, personas que se acercaban a donar sangre... Y el cariño que llegaba de todas partes de España.
A la 13:30 recibo un mensaje de Cabecita Loca. Pensé que sería para decirnos que sabía que estábamos bien, pero no. El texto decía "chicas, no sé si sabéis que ya han nacido los gemelos". Me quedé con una cara de tonta... Fue algo que tampoco esperaba.
Por la tarde fui al hospital (en taxi) con mis primas, y el ambiente era muy muy triste...... También habían llevado a la maternidad a algunas personas del atentado, y se oían muchas historias. Me contó mi tía (la que dio a luz) que cuando llegaron a las 7:45 de la mañana y mientras esperaban a que la atendieran, empezaron a llegar ambulancias. Una chica iba en una camilla. Al salir del ascensor, le dijo al médico que le dolían mucho las piernas. Él levantó la sábana que las cubría, y no vio nada................
Supongo que habréis oído casos como éste. Los días sucesivos, te vas enterando de gente que conoces que podría haber tomado ese tren. A mi un caso que me llamó la atención fue el de dos hermanos amigos de mis primas. Tenían que coger el tren, pero uno de ellos se retrasó, y el pequeño le adelantó. Ese día no viajaban juntos. Cuando el hermano mayor iba a coger el siguiente tren, le anuncian que no lo podía tomar, porque en el anterior había estallado una bomba. Madre mía... imagináos el cuerpo que se le quedaría al chaval. El caso es que milagrosamente, al chico no le pasó nada, porque el explosivo que acabaría con su vida y con la del resto de personas que ocupaban su vagón, no esplotó.
Al día siguiente, viernes, fue la manifestación. Fue lo mínimo que pude hacer, porque yo tenía que hacer algo. ¿Solidaridad? no sé, pero tenía que estar allí. Aquello fue increíble, impresionante. Había muchísima gente, todos unidos por algo común. Nos juntamos todas las razas, todas las edades. Y llovía a cántaros. El cielo estaba negro, lloraba con todos nosotros. Nos valíamos de palabras, esa era toda nuestra lucha. Una de las cosas que más me emocionaron fue un momento de la manifestación, cuando escuché por primera vez eso de "¡no estamos todos, faltan doscientos!". Increíble, fue increíble. Es algo que jamás olvidaré. Me cuesta contarlo, pero dentro de mi tengo mil sensaciones.
Cuando iba a la manifestación, cogí el metro. Era la primera vez que lo hacía después de lo sucedido, y se notaba que todos estábamos temerosos. A pesar de estar totalmente lleno -cada línea abarrotada de gente- había un silencio y unas miradas de unos a otros, que entendíamos completamente qué significaban. Mirábamos todos los bultos y mochilas que había por el suelo, porque nadie nos aseguraba que no fuera a pasar nada más ese día, aprovechando la manifestación...
Llegué a casa empapada de agua. Me había mojado hasta la ropa interior. Pero no me importó.
Creo que ésto ha sido una de las peores cosas que he vivido. No me ha afectado a mi directamente, pero te hace mucho pensar. También tenía que dar gracias, porque a nadie de todo el mundo que conozco, le pasó nada. Gracias porque aquel día había huelga en la universidad, y menos mal...... porque conozco a mucha gente que se vale de ese medio para ir.
Tres días después, elecciones. Y me tocó en la mesa electoral de presidenta. Fue muy triste ver cómo se acercaba una familia a votar, pero su hija no se encontraba entre ellos. Había perdido la vida. Y recuerdo que pensé que seguramente no tendrían ganas de salir de casa ni de ver a nadie. Pero allí estaban, en un intento de dar la cara, y de impedir de alguna manera, que lo del día 11 de marzo de 2004, no se volviera a repetir.
7 comentarios
Coquí -
Luz -
Un abrazo a todos
Alba -
Un abrazo
Su -
Todavía no soy capaz de ver recportajes de ese día, ni de leer nada.
Mucha pena y mucha impotencia.
mnkantavivir -
besos
ZilC -
Yo también recuerdo que me pasé todo el día leyendo los periódicos por internet, hablando con mis amigos sobre el tema, intercambiando puntos de vista, información...
¡Qué fácil es destruir y cuánto cuesta lo contrario!
Un beso.
Pikifiore -
Ojala nunca hubiera pasado.Volvi a revivir la angustia este verano, mi hermano estaba en Londres, y esta vez iba en el metro, en el vagon de detras.