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Cotidianeidad

Pensando en los de inglés

Pensando en los de inglés

El día del examen de inglés, Maite me dijo que le daba pena terminar el curso, que se lo había pasado muy bien. Yo estuve de acuerdo con ella, y me gustó saber que por lo menos había otra persona que sentía lo mismo.

He estado haciendo balance de todo el curso. Ha pasado mucha gente por mi nivel. Algunos se han ido y otros han permanecido hasta el final. Pero en conjunto han sido todos muy agradables.

No sé si alguno de vosotros estará interesado en éste chico del que os hablé un día... pero las cosas han cambiado un poquito. Sigue siendo majo, y sigo teniendo ganas de hablar con él. Pero nuestros únicos minutos a solas -los de la despedida antes de llegar a su portal- se han acabado. Desde hace unos meses, me llevo mejor con otras personas y ahora voy acompañada hasta el metro, por lo que él se va solo. A veces nos espera a todas, pero otras no...

También, como quien no quiere la cosa, os mencioné de pasada a otro chico. Informático. Es muy majillo. Me calló bien desde el primer momento, y parece muy tímido. No he conocido persona como él, que se pone tantas veces y en tan poco tiempo como un tomate. Es increíble. Pero aún así, no se calla. Se nota que le da corte, pero sigue hablando.

Bueno, lo raro de este chico, es su forma de mirarme. Es que os lo juro, no es mi imaginación. A veces pasa algo gracioso. Levanto la mirada del papel, y le veo mirándome. Y claro, como nos estamos riendo, nos sonreímos.

No sé si quiere ser agradable conmigo, le gusto o... simplemente quiere charlar. Es que no lo sé... pero un día, éste en concreto en el que me di una panzada a llorar de muerte... llegué a la academia con los ojos rojos. Pero me miré en el espejo y me vi muy guapa. (Ahora que lo pienso, el día de sábado sabadete también había llorado y también llamé la atención a un chico. Ummmm... creo que los ojillos llorosos me van a hacer triunfar en más de una ocasión... jejeje). Cuando llegué, saludé, y él me miró y yo sabía que me iba a decir algo. Sé que pensaba que estaba muy guapa, pero me dijo otra cosa porque... hubiera sido algo extraño que me dijera “estás muy guapa hoy” cuando no hay tanta confianza en clase y además él, tiene novia (¡¡¡el día que conozca a un chico sin novia, monto una fiesta, lo prometo!!!). Me dijo que se me veía cara de contenta. Jajajajaja, qué pocos reflejos tiene el chaval... pero su intención era buena, decirme algo agradable.

Cuando nos toca trabajar juntos, me habla directamente a los ojos y yo... es algo que también tengo costumbre, pero cuando es otro el que lo hace conmigo, me intimida una cosa mala. Y me revienta. Es perder el control de la situación.

El otro día iba yo pensando en estas cosas, en por qué me pasa esto con este chico. Y llegué a la conclusión esa de “quien es el derrotado”. Veréis, es muy sencillo. La primera vez que te pasa eso con una persona, lo de mirarse directamente a los ojos, el primero que aparte la mirada, es el que queda derrotado. Y bueno, que debió pasarme eso. Si hubiese aguantado más que él la mirada el primer día, ahora sería él el que se cortaría y la retiraría primero. Pero que me de vergüenza a mi que soy una sinvergüenza.... me pone... ufffff malita malita....

Ahora que me acuerdo, eso me pasó con Sam. Estábamos en un bar. Era la segunda noche que quedábamos, y si no pasaba nada ya ese día... sería para mosquearse. A los dos se nos veía con ganas de comernos a besos. Yo no lo hacía, porque quería saber cuánto aguantaría él. Y los dos, venga a hablar. Venga a beber sangría. En un momento dado, se empezó a tapar los ojos, y me decía, que no podía aguantar mi mirada. Y, como una pava le decía “¿por qué?”. Aquel día, gané yo...

Nada, el informático trajo en mayo a un amigo suyo a clase. O sea... nuevo compañero a la vista.... nuevo chico de mi edad..... posibilidad de “algo más”.... y todas esas tonterías que siempre se piensa cuando uno está soltero y más cuando se quiere olvidar a un amor no correspondido...

El chico me calló genial enseguida. Es que me partía de risa. No sé, de estas personas que me hace gracia su forma de expresarse.

Aún así, sólo hablábamos en el rato de clase, pero el miércoles, nos fuimos juntos a casa (vive súper cerca de mi). ¡Bueno! Me contó su vida en verso. No sé si os he dicho, que me encanta la gente que habla por los codos. Y él lo hace una barbaridad. Entre lo que él habla y lo que pregunto yo, me parece que quedan pocas cosas de su vida por contarme. Fue un rato muy divertido. Me gustaría repetirlo, pero el lunes no creo que venga a clase porque es su cumpleaños.

En fin... que sólo me queda un mes para pedir cuentas de msn o teléfonos y decirles que si quieren quedar para tomar algún día algo. Me da mucha pena no sacar de esto una amistad, no sé. Pero también me da rabia que nadie diga nada. Tendré que ser yo, pero me corta...

Ya os diré. Feliz fin de semana. En Madrid hace un tiempo estupendo, y mañana me voy de cañitas por el centro. ¡¡Ay qué ganas tengo!!

Algo nerviosa

Algo nerviosa

Estoy nerviosa y muy cansada... En exámenes me pasa eso, que se invierte lo del sueño y estoy que me caigo por las esquinas.

He tenido ya dos exámenes. El de hoy ha sido de inglés. La gente siempre dice que es fácil, pero a mi no me lo parece tanto, porque estudiar, hay que estudiar. Entra en juego el factor suerte, cosa de la que yo carezco... Pero mientras esperábamos en la sala a que nos nombraran para entrar, una chica me ha dicho “tienes una mariquita en el bolso”. Al mirar, la he visto en mi mano, y no me lo podía creer. He dicho en voz bien alta “jo, menuda suerte, no me lo puedo creer” jajajajaja. Qué nerviosita estaba, madre mía.... Luego ya me he calmado. No sé, haciendo el examen, me entra un relax que ni yo misma me lo creo.

Ahora, no sé si notaréis, que estoy medio drogada. Escribo desganada, casi sin pensar. En dos días, me he tomado más cafés que en toda mi vida. Cuando me veo así de agobiada, me dan ganas de darme de cabezazos contra la pared, por no haber empezado a estudiar antes. Es que luego llego al examen tan cansada que no puedo ni pensar.

En el de hoy no estaba cansada, pero porque prácticamente me acababa de levantar, y con lo histérica que iba y el fresquito mañanero que hace en Madrid, cualquiera no se espabila.

Me ha hecho gracia algo. Todos estábamos a la expectativa, a ver qué pasaba. Cuando nos han nombrado a las primeras dieciocho personas, nos han llevado a un aula. Yo iba con una amiga, pero algunas personas no conocían a nadie. Me he fijado en una que llevaba la carpeta que nos dan en la academia, por eso ha sido fácil entablar conversación con ella. Y después, se han agregado más a hablar. Por lo visto veníamos todos del mismo sitio, pero no nos conocíamos. Eso quieras que no, da tranquilidad. Hay que ver cómo somos, siempre buscando apoyo y algo que nos de seguridad.

Y así, charlando, se te olvida lo que has ido a hacer allí. Sí, un examencillo de nada... el que deseas con todas tus fuerzas aprobar sólo por no tener que volver a pagar el pastón que cuesta. Menudo atraco a mano armada... ufff...

¿Qué más cosas me han pasado? nada... pero a pesar de todo, estoy de muy buen humor. Estoy contenta. Y creo, que ya es bastante para la época en la que estamos. Eso sí... ni gotita de inspiración oye.

Historias del metro

Historias del metro

Las historias que me pasan en el metro, son para no dormir. Algunas son bonitas... con otras me he reído... a veces sonrío pícaramente... pero con otras, salgo con el instinto asesino a flor de piel.

El otro día iba en la línea 2 camino de Sol. Esa línea tiene un flujo de gente continuo, y normalmente hay muchos extranjeros. Yo me apoyé en una de las puertas y escuchaba música de mi mp3 para aislarme del mundo. A mi lado había un chico joven, de unos 30 y enfrente de él (todos de pie) había una parejita de ingleses. Me fijé que éste llevaba la mochila abierta. Pensé decirle algo, pero mientras me decidía o no a utilizar mi verborrea (¡que para algo voy a academia!) el chico joven se me adelantó.

Cuando llegó mi parada, también era la del chico joven. Esperé a que todos salieran delante de mi, y me pareció extraño que, justo al pasar este chiquito, se le acercara otro hasta ponerse a su altura, sin dejarme pasar. Y de repente, ¡le escupe en la oreja! Yo aluciné. ¡Pero qué fuerte! Yo me abracé a mi bolso y salí pitando, pero estaba segura de que ese tío era el que había abierto la mochila, y como el otro se había chivado... era su venganza. Qué ira me entró...

He visto de todo en el metro, ya os digo. Por las mañanas suele ser horrible la de gente que hay, y en ocasiones, llegar a la facultad se convierte en toda una aventura.

Un día, me pasó algo bonito. Aquí en mi barrio trabajaba un chaval en el supermercado donde hacemos la compra. Yo no suelo hablar con los dependientes, pero cuando tenía unos 16 años, a veces preguntaba a los chicos de sala dónde se encontraba algún producto determinado (no es que sea perezosa y no quiera perder el tiempo buscándolo yo misma, si no que me da mucha rabia después de coger todas las cosas que quiero comprar, esperar una cola de campeonato en la caja. Uso mi táctica de recoger algunos productos, dejar la bolsa haciendo cola ella solita, y yo sigo dándome paseos hasta recopilar todo lo que me manda mi madre en la lista. Y claro, en aquella ocasión me debió pasar algo así, que mi cesta ya llegaba a la caja, y aún me faltaba algún producto, y ni corta ni perezosa, se lo pregunté al chico).

A partir de aquel día, siempre me saludaba, hasta que después de un tiempo, dejó el supermercado y no supe nada más de él. Cierto día... iba yo en el metro (que de historias del metro andábamos hablando) sumida en mi libro de lectura. Los asientos eran como los de la foto, unos enfrente de los otros. Cuando llegó mi parada, cerré el libro, me puse de pie, y levanté la mirada hacia mis compañeros del asiento contrario. Y ahí estaba él, el chiquito del supermercado. Nos miramos, y sin apartar la mirada, dijimos “hola”, y nos sonreímos. Estaba con una chica, y tenía su brazo rodeándola los hombros. Yo sabía que, tras esa complicidad que habíamos tenido, le iba a caer algún comentario de la novia, así, en plan celoso. Y cuando el metro echó a andar de nuevo y se puso a mi altura, pude verlos. Ella con una cara de alucine, y él tratando de explicarse jajajajajajajaja. ¡Cómo disfruto con estas cosas!

Hoy me ha venido a la memoria esta historia, ¡¡porque he vuelto a ver al chico!! Increíble. De vez en cuando miraba hacia mi, descaradamente. Y a mi, se me escapaba la sonrisilla. Pero... hoy no nos hemos dicho nada. Iba con dos amigas, y no han quedado nuestros ojos cerca cuando se ha bajado en su estación. Sin embargo ahora, sé donde trabaja, jejejeje.

Siempre me fijo en la gente que viaja conmigo. Me pregunto en lo que estarán pensando, y dejo volar mi imaginación e interpreto sus rostros. Me invento sus vidas y muchas veces he descubierto a alguien sonriendo mientras recordaba alguna de sus cosas, y he sonreído a la vez.

La última historia es mi favorita. En uno de los transbordos que hago, coincido con una chica ciega. Me sorprende que la gente se aparte a su paso. Sé que lo hacen para evitar que choque con ellos, pero cuando llega el metro y tiene que montar, nadie es capaz de acercarse y echarle una mano.

A veces yo he sido esa persona que le ha ayudado a subir. Pero un día, apareció un señor que ocupó, sin permiso, mi lugar. Muchos días he llegado a la parada justo cuando se marchaba el tren, y el señor estaba en un banco esperando. Cuando llega la chica, y también el tren, él se incorpora, se acerca a ella, le toma del brazo y la aproxima a la puerta suavemente. La deja ahí, pero él pasa al vagón por la puerta siguiente, no se queda cerca de ella durante el trayecto.

Esta historia me sorprende, porque no han sido pocas las veces que los he visto. Un día, el señor no hacía más que mirar hacia la entrada de la gente al andén, para verla aparecer. Pero ese día o no tenía que trabajar, o se había retrasado o... qué se yo, pero él la estaba esperando. Se tuvo que montar en el tren porque si no, el que iba a llegar tarde era él, pero no dejó de mirar hacia esa entrada, hasta que desapareció de su vista.

Yo, estoy segura de que ella sabe que siempre es la misma persona quien le ayuda. Y como soy una romántica, a él le imagino, secretamente enamorado. Pero hay una pregunta que me hago... ¿por qué ella no le dice que se da cuenta de lo que hace, ni él se decide a hablar con ella? Nunca entenderé por qué se callan las cosas que son las que realmente se deberían decir...

Días de conversaciones

Días de conversaciones

Estoy por aquí otra vez. El mes pasado fue nefasto para mi en cuanto a escribir y aunque llevaba unos días pensando en volver, vuestros comentarios me han hecho sentarme de una vez por todas.

No sé en qué se me va el tiempo, de verdad. Ahora me he parado un ratito a hacer memoria del último mes para justificar mi ausencia y tampoco veo mucho para destacar. Lo que sí, varias conversaciones con mis amigas que me han dejado buen sabor de boca.

La semana pasada por ejemplo, iba en el metro de camino a casa y me encontré a una amiga a la que no veía desde hacía casi dos años. No sé quién de las dos puso distancia. A lo mejor ninguna, serían las dichosas circunstancias... el caso es que ambas nos alegramos de vernos. Ella empezó contándome parte de su vida. Había dejado la carrera en cuarto porque estaba algo hundida (cosa que no me extraña). Ahora estaba en su segundo año en empresariales y le iba muy bien. Decía que sentía como si hubiera renacido.

Yo... tuve poco que contar. Normalmente no me gusta hablar de mi misma y... en ese momento no se me ocurría nada original, ni divertido, ni digno de destacar para contarle. O... bueno, lo que realmente le hubiera contado, me parecía tan personal y fuera de lugar, que preferí callarme.

Estos dos últimos años, han sido los más importantes de mi vida. Le conté que hice prácticas en empresa, y que terminé muy contenta. También le dije que lo dejé con Sam, pero no le conté lo liberada que me sentía, ni todo lo que había cambiado interiormente, en mi forma de pensar, en cuanto a las relaciones. Ni lo que pensaba ahora de esa relación, el sí habría hecho bien o no saliendo con ese chico. En si estropeé varios años de mi vida encima siento totalmente consciente...

Me habría gustado explicarle que aunque perdí el año pasado en los estudios, gané otras cosas. Que me he vuelto más observadora. Que ahora pienso en el significado de lo que me rodea. Que me involucro en lo que leo, veo y escucho. Que intento cambiar mis pequeños (ENORMES) fallos. Que he enterrado pensamientos que me han inculcado desde pequeña, para empezar a pensar por mi misma. Que sé que el amor es posible. Que hay muchas personas en el mundo, y que sólo me tengo que detener a conocerlas. Que........ Bueno, le habría dicho muchas cosas más.

Anoche, cené con unas amigas, y también fue algo especial. Charlamos sobre el futuro. Esto es algo que... en ocasiones da miedo. Bueno, no en ocasiones, siempre. Estamos en un momento crucial, en el que debemos elegir, pero hay tantas cosas que nos gustan que... nos da miedo meternos en algo y después no estar muy contentas. También tenemos 24 años, y algunas amigas ya piensan en bodas o en irse a vivir con su pareja... Mare de déu, ¡yo no tengo ni novio! ¿Así va de rápido la vida?

O sea, vamos a resumir. Un buen día, acabas la carrera, y ya tienes que buscar trabajo. Entras en un trabajo, y ya sólo trabajas y el ratillo que te queda libre, lo exprimes como puedas y quedas con amigos, familia, etc..... Pasados unos meses, decides irte con tu novio a vivir. Y claro, como los alquileres están tan caros, mejor lo compras. Compráis.... sí, porque lo hacéis juntos. Algunos deciden casarse (después de unos años viajando, y haciendo esas cosa que los estudios no te dejan hacer por falta de dinero) y si no te casas, a lo mejor te quedas embarazada. Dios!!!!!!!!!!!!!! No, en serio, decidme, ¿así es la vida de rápida? ¿esto es lo que me espera? Jobar qué miedo... No sé yo si quedarme donde estoy, que por lo menos es conocido, y al fin y al cabo, no estoy tan mal.

Aunque... (como les decía ayer a mis amigas).... hay otras cosas por las que sí estoy deseando pasar. ¿Adivináis cuál puede ser alguna de ellas? (el que acierte se lleva premio).

PD1: Voy a dejar de pensar en estas cosas, que me entra el tembleque jajajaja. Antes de despedirme, os aconsejo que NO vayáis a ver “La huella del silencio”. El trailer es muy bonito y todo lo que queráis, pero la película un rollazo impresionante. La de “bajo cero” otro aburrimiento. La vi ayer con mis primos de diez años, que adoran los animales, pero YO NO. No me gustan, y.... qué paliza me dieron los animalitos...... Para que cierre yo los ojos en el cine, ya me tiene que aburrir la peli.... Espero que mañana no me decepcione Crash.... he quedado para verla.

PD2: Gracias por vuestros comentarios y por pasaros por aquí por segunda vez. Aunque no escriba, entro siempre. Y aunque no os comente, también os leo. Un beso.

Más sobre mis compañeros

Más sobre mis compañeros

Hace tiempo que no hablo de la gente de inglés. En enero el grupo se amplió con tres personas más. Una chica que estudia farmacia, otra que es muy pija y un chico que es informático. Pero también se dieron de baja dos: el Piloto (en febrero fue padre) y otra chica de la que no os he hablado nunca.

La farmaceútica es menor que yo, y el otro día me preguntó que si había dado una asignatura en mi carrera sobre espectroscopía. Le dije que sí, y la vi interesada, no paraba de contarme lo que hacía ella para resolver los problemas. Como la vi tan liada, me ofrecí para ayudarla y darle una clase el viernes (ayer).

Por eso quedamos en su facultad. Me dejé un poquito la voz en la explicación, porque cada vez que hago de profesora, no dejo de hablar para que lo entiendan "perfectamente". Les hago preguntas para ver si me siguen y lo van comprendiendo, y uso algún que otro truquillo para pillarles. (Nunca os he hablado de la niña a la que di clases, pero puede que lo haga pronto).

Cuando nos íbamos hacia casa, nos pusimos a hablar de los tiempos del colegio, porque casualmente fuimos al mismo instituto. Ella no acabó muy contenta, así que el bachillerato lo hizo en otro lugar, y yo le comenté que mi año de COU fue muy especial, que la relación con los profesores fue estupenda, porque nos sentimos muy unidos tras la muerte de Niña Tranquila. Ella también lo recordó, porque se enteró todo el colegio. Incluso suspendieron las clases aquel día.

No acostumbro a hablar de Niña Tranquila, ya lo dije una vez, pero ayer cuando salió el tema, la farmaceútica me contó que su madre iba con la niña a clases de pintura. Me sorprendió enterarme de más cosas sobre ella ahora que ya no vive.

Hay otra chica en inglés, que estudia psicología. A mi me encanta la psicología, me parece que nunca os lo he dicho. Y muchas veces nos pasamos un buen rato hablando sobre esas cosas. Me gusta escucharla, pero sobre todo la envidio, porque ADORA lo que está haciendo. Ella disfruta con lo que estudia y con lo que hace, cosa que... a mi no me ocurre.

El otro día hacía mucho que no venía. Cuando llegué a clase, es curioso, pero me los encuentro a todos callados. Sin embargo, es llegar yo, y empezar a hablar sin parar, que muchas veces llega la profe y nos dice que si queremos seguir hablando que lo hagamos, ¡pero en inglés! Digo ésto porque la psicóloga se quedó callada. Al acabar la clase, nos esperó y bajamos charlando con ella, y nos contó que la tenían que operar casi de urgencia. Uff... qué miedo da enterarse de estas cosas. Me dio mucha pena, porque una enfermedad te sobreviene y no puedes hacer nada contra eso. Y ella parecía asustada.

Yo intenté quitarle hierro al asunto, pero siempre que salen estos temas, todo el mundo cuenta de enfermedades de las que han oído hablar, y eso supongo, que la ponen aún más nerviosa. Le han dicho los médicos, que tendrá que dejar momentáneamente sus quehaceres habituales. Pobre. Pero bueno, le va a ir muy bien, seguro. Es un parón, pero ya está.

Y tengo poco más que decir. Que la vida sigue, sólo eso. Con sus más y sus menos. Con buenas y con malas noticias. Una buena por ejemplo, es que a una amiga le han dado una beca e incluso le han ofrecido hacer la tesis. Imaginaos... qué suerte... ¿Quién sabe lo que me deparará a mi?

Un beso suave pero cariñoso.

Historia de un trabajo o el dolor de estómago

Historia de un trabajo o el dolor de estómago

Jo, me duele el estómago. No sé qué he comido que me ha sentado mal. Bueno... voy a hacer un repasito de mi última semana, que ha sido para echarse a temblar.

Todo empieza con un trabajo que teníamos que hacer para la universidad. Ninguno teníamos ganas, pero la profesora lo va a tener en cuenta, y como es un poco agarrada a la hora de poner notas, decidimos hacerlo. Total, la cosa iba a ser cosa de poco, coger información a través de google, ponerlo bonito, hacer una presentación en power point, y se acabó. Ains, qué optimistas somos a veces....

Éramos cuatro en el trabajo. Voy a poner nombres para no liarnos. Pero primero me los tengo que inventar. A ver... Del Marine ya os he hablado. Otro llamado el Chico tranquilo y otra llamada... umm... Alegría porque se ríe mucho y siempre está de buen humor (o casi siempre).

El caso es que al principio sólo lo íbamos a hacer Alegría y yo. Más tarde se apuntaron los chicos, pero para entonces, nosotras ya habíamos sacado casi toda la información. Bueno pues, repartimos el trabajo y aquí fue cuando empezaron a surgir los problemas. Cada uno se encargaba de su parte, pero trabajámos en nuestras respectivas casas. Cuando nos veíamos por messenger o en clase al día siguiente, nos contábamos lo que habíamos hecho y nos enseñábamos cosas nuevas para meter en el trabajo. Con lo cual, había que modificar todo lo que habíamos hecho el día anterior para añadir esas cosillas... También, los chicos tardaron mucho en entregarme su parte, por lo que yo no podía empezar con las conclusiones hasta no haberme leído el trabajo entero.

En fin, que llegó el jueves por la mañana, y aún nos quedaban mil detalles, entre ellos juntar todas las diapositivas en power point, imprimir el trabajo y encuadernarlo, y estudiarnos lo que íbamos a contar en la exposición.

Durante todos estos días, no hemos hecho más que discutir. Y además, de lo lindo. Ahora me arrepiento un poco, pero no por haber discutido, si no por cómo me puse. Con quien más discutí fue con el Marine, que le decía las cosas bastante claritas. Algunos amigos escucharon la discusión que tuvimos por teléfono, y les pareció bien que no me callara, y que ese problema que estábamos teniendo no influyera en nuestra amistad pero... dentro de mi no estaba muy contenta. Era la primera vez que me ponía así con un amigo.

Hubo una segunda discusión, en la que yo empecé tranquilita. Pero es que, cuando se discute con una persona, se le tiene que ir concediendo la palabra de vez en cuando, no se trata de lanzar un monólogo y ya está. Ni tampoco empezar diciendo las palabritas mágicas que encienden mi ira de "kamala, no tienes razón". Eso me pone... uffff.... Ni que la gente no reconozca que se ha equivocado. Ni que digan palabras en mi boca que yo no he dicho. Ni....

Comí a la 13 de la tarde sin hambre. Y como acababa de discutir, estaba nerviosita. Asi que eso ha podido ser lo que me sentó mal. Me sigue doliendo... jo....

Cuando llegó la hora de exponer, ya estábamos los cuatro tan amiguitos. Nos juramos que nos salvaríamos el pellejo en el caso de que la profesora nos preguntara algo que no sabíamos. Vamos, que nos echaríamos una mano en caso de emergencia. Por lo que, cualquiera que nos viera así, habría pensado que todo había ido como la seda durante el tiempo que empleamos en hacer el trabajito.

Al día siguiente llamé al Marine para pedirle perdón. Me dijo que no pasaba nada, que él seguía considerándome su amiga y que prefería que le fuese sincera siempre. Bueno, me quedé más tranquila. Sabía que él no me lo tomaba en cuenta, pero yo quería disculparme.

En Madrid no hace muy buen día, ¿y allí? Toda la semana hemos tenido sol, e incluso he dejado el abrigo en casa para ponerme sólo una chaqueta vaquera. Pero es tener puente, y empezar el mal tiempo. Es que no falla. Pero yo estoy ahora mismo en mi casita tan a gusto. Me voy a poner una peli, y luego como algo. ¿Quién me cuida y me da mimitos? Para una vez que estoy mala....

Un beso.

Te invito a un café

Te invito a un café

Te invito a un café. Venga, no seas así, no pongas esa cara. Considera esta invitación como una disculpa. Sé que llevo mucho tiempo desaparecida, pero no me he olvidado de ti.

Tenía muchas ganas de sentarme a hablar contigo, para que me cuentes todas las novedades de tu vida. Pero de la mía, no querrás saber. La última semana me la he pasado discutiendo con todo el mundo y no he parado por casa.

¿Quieres una galleta con el café? jo, están riquísimas. Yo no podría vivir en Inglaterra, dicen que la comida es muy mala, y como no me gustaría, me pasaría el día comiendo las cookies estas y engordaría un montón. Hablando de engordar, algunos amigos y yo, hemos pensado en ir a patinar al Retiro, para fortalecer piernas y hacer algo de deporte. Suena bien, ¿verdad? Lo malo es que hace años que no patino, y me da vergüenza. Imagínate, yo, tan mayorcita y ayudada por dos personas para no matarme con los patines jajajaja.

¿Qué? ¿que te hable de chicos? uff, ese es el tema tabú, ya sabes. No hay ninguno a la vista, pero tampoco me lo planteo. De los conocidos, no me gusta ninguno, ya los veo como amigos. Algunos tienen novia, y a mi no me apetece volver a pasar por eso. Y sobre los que conozco un día de forma esporádica... sabes lo que pienso, que en un rato, todos somos encantadores y las relaciones empezadas en discotecas, no llegan a buen puerto.

Que sí... que sí. ¿Te digo yo algo de tu vida? Yo no te digo lo que tienes que hacer, así que por favor, no te metas.

Ah bueno, se me olvidaba contarte. El Arquitecto ha vuelto a aparecer en mi vida. Si creyera en el destino, ten por seguro que este chico sería para mi. Me lo he ido encontrando cada cierto tiempo en mi vida. Esta última vez, decidí darle una oportunidad. Pensé en mirarle con otros ojos, los de "posible relación". Pero... no podía. Siempre le consideré mi amigo, nada más. Quedamos una noche, y te prometo que iba con la intención de empezar algo con él. Lo que fuera. Recuerdo que quedamos en la misma estación de tren donde nos habíamos visto por última vez, y pensé que era como cerrar un círculo. Habíamos estado separados un par de años, para volver a encontrarnos, pero esta vez sí, dispuestos a vivir una historia diferente. Pero cuando lo tenía delante, mis nervios afloraron. Ya sabes lo que me molesta ponerme nerviosa delante de los chicos. Pero al cabo de tres o cuatro horas, me dijo que tenía novia. Mira, te seré sincera... ¡pude respirar tranquila! No tenía que plantearme si el chico me gustaba o no, porque ya tenía pareja. Así que empecé a comportarme como la amiga de siempre.

¿Ves? siempre acabamos hablando del amor. Qué tendrá que nos hace cambiar tanto. Es increíble...

Bueno, ya es la hora, nos tenemos que ir. ¿Qué tal si nos tropezamos tú y yo otra vez por aquí mañana? Me animas a empezar el día. Por lo menos me desahogo, y sé que este tiempo, te lo dedico a ti por entero. No hay cosas importantes que hacer ahora, sólo estar contigo. ¿Sí? ¿te apetece? muy bien, entonces, nos vemos mañana.

Mis muñecos

Mis muñecos

El martes fui al parque un rato para estar con mis primitos pequeños. Van a hacer dos años dentro de poco, y están riquísimos.

Me gusta observarles, ver lo que hacen, cómo usan su lógica, qué es lo que entienden, lo que les llama la atención... A mis chiquitines les gustan los animales. Cojo a mi niña y le pregunto que qué hace el tigre. Y ella pone su mano como si fuera una zarpa, y hace el ruidito de "grrrr". ¡Es para morirse!

El niño cada vez que me ve, viene corriendo para darme un abrazo. Y ver que se pone tan cariñoso, es algo que no tiene precio. Ese día se había caído jugando en el parque, y tenía sus lagrimitas por toda la cara. Le pregunté qué donde se había echo daño, y me señalaba su labio, y después posaba su carita sobre la mía. Y a mi se me caía la baba.......... jajajajaja.

A veces le digo "ay mi muñeco... si tú supieras.... Menos mal que no sabes hablar y no me puedes pedir nada, que si no, me lo sacabas todito todo" jajaja.

Cuando le llevaba a casa cogido en brazos, le iba cantando una canción del Rey León. Ahora les gusta ver esa película. El niño se queda embobado mirando la tele, no le quita ojo. Y la niña me encanta, porque es tan sentida, que cuando sale algo que da pena en la pantalla, su carita cambia, se pone también triste, o frunce el ceño (con esas cejitas tan chiquitinas... ¡me la como!). Por eso cogí esa canción, porque le debía sonar. Mientras cantaba, él sonreía... y cuando terminé, le pregunté que si quería que le volviera a cantar. Se quedaba callado, no decía nada. Parecía que no me entendía. Y de repente, se puso él a cantar ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ayyyyyyyyyyyyyyyyyy qué riiiiiico mi chico!!!!!!!!!!!!!! ains!! me lo como, qué ricoooo.... Jo, fue una sensación... no sé. Era la primera vez que él hacía eso. Y lo hizo para mi.

Qué ricos mis niños....

No ser simples conocidos

No ser simples conocidos

Parece que me llevo mejor con un compañero de inglés. Desde que ha empezado el año le noto un poco raro... Bueno, más que raro, diferente a como estaba antes.

No sé si será una sensación mía o pura casualidad, pero últimamente se sienta a mi lado y nos toca trabajar juntos. También me doy cuenta de que al entrar en clase, somos casi los únicos que hablamos. El resto o está callado, o participa en nuestra conversación. Y ya no hablamos de lo que nos une, el inglés, si no de cosas de nuestra vida personal como los estudios o las salidas por Madrid.

Ayer todo apuntaba a que nos separaran para trabajar. Aunque estaba a mi lado, éramos impares, y le tocaba charlar con la chica que estaba sentada a su izquierda. Pero no sé si se hizo el tonto, o el remolón pero... terminó en mi grupo.

Al acabar la clase, también espera. Eso se nota porque no tarda casi nada en recoger, mientras que Maite y yo somos más tranquilas. Cuando llegamos a la calle, nos despedimos de ella y recorremos solos el último trecho hasta su portal. Vive muy cerca de la academia, así que aprovechamos al máximo esos pocos metros.

Anoche le dije que me encantaba la plaza por la que estábamos pasando. A él también, y como la conocía bastante bien, me habló de unos detalles en los que ni me había fijado, y nos estuvimos riendo. No dio tiempo a más, pero cuando le dejé en la puerta de su casa me puse a pensar en que no me importaría quedar con ese chico para hablar. Me gustaría hacer un trato con él. Le diría algo así como... "tú y yo vamos a pasar tres horas juntos. Sólo tres y las vamos a dedicar a charlar. Aunque ahora te parezca mucho tiempo, verás que al final te faltarán minutos y te quedarán más cosas por decir. En esas tres horas vale todo. O casi todo. Podremos hacernos todas las preguntas que queramos, con la condición, de contestar con total sinceridad. Además, no nos pararemos en ningún lado, mejor andaremos por Madrid. Cuando llegue la hora, simplemente nos despediremos". Me encantaría hacer esto, pero no lo haré.

El lunes el tema que salió de conversación fueron los robos. Es de lo que habíamos estado hablando con la profe, y después nos contamos nuestras propias batallitas. Al llegar a su portal, había un señor un poco sospechoso. Parecía borracho y no se movía del sitio. No me dio muy buena espina. Los dos lo miramos y esperé un poco a ver si se iba. Como no lo hacía, pensé en darme la vuelta para ir por otro sitio, pero vimos que el hombre cruzaba la calle, y ya me calmé. Me despedí para seguir mi camino aún teniendo que pasar cerca de ese señor, y él se quedó en el portal jugando con el móvil... pero creo que en realidad estaba esperando a ver que no me pasaba nada.

Pero lo que más me sorprendió fue que antes de marcharme, me acarició el brazo. Y me dijo que tuviera cuidado o algo así. No estoy muy acostumbrada al contacto, y a lo mejor para él eso no significaba nada, pero yo siempre pienso que la gente hace esas cosas, porque quieren, tienen necesidad o les apetece.

A mi no me gusta el chico, solo me cae bien y me gusta hablar con él. Me parece interesante. Otras veces me ha comentado cosas de su vida, que me encantaría conocer por completo. A veces soy así. Voy por la calle pensando en la historia personal de cada persona con la que me cruzo. Y me dan ganas de decirles "no me importa escuchar todo lo que me quiera contar". Algo así me pasa con él. Sin embargo... no le diré nada. Podría sonarle raro, y no me apetece que malinterprete nada. Pero en el fondo, me da rabia que se quede en un conocido y nuestra relación no llegue a más.

Bueno, y esto es todo por hoy. Un beso (por cierto, tiene novia... ¡ay madre!).

Fin de fiestas

Fin de fiestas

Ya se han terminado las fiestas... Ayer vinieron los Reyes, y aunque es mi día preferido del año, esta vez me lo he pasado mejor en Nochevieja.

El segundo regalo que más me ha gustado ha sido un cuarderno de viajes. Es que me encanta, y ya le he dicho a Rainbow que hay que hacer un viaje para rellenarlo, jeje.

Tengo poco que decir... El tema de los regalos a veces es más complicado de lo que parece. Se supone que nos debería encantar y emocionar el momento de abrirlos, pero a veces... no nos gusta lo que nos han regalado. ¿Entonces? No siempre se puede ser sincera, porque tal vez la persona que da el regalo se moleste, pero tener que fingir... Ay madre, qué mal lo paso...

En casa de mi abuela me han dejado dinero. Es algo que también me gusta, porque aprovecho en rebajas y me compro algo de ropa. Pero tal vez lo emplee en el último premio Planeta, no sé. Ya han sido dos amigos los que me lo han recomendado efusivamente. Al principio me dicen "kamala, léetelo, que te va a gustar". Pero después parece que se lo piensan, y rectifican "bueno, a lo mejor no te gusta mucho, no sé... Yo no digo nada", prefieren no mojarse. Pero Príamo terminó diciendo "Ay Kam, que sí, que te va a encantar" jajajaja. Así que mejor me lo compro, porque luego me va a dar rabia no tenerlo. Y cuando llegue junio me acerco a la feria del libro a que me lo firmen. No está mal la idea, ¿eh?

Bueno, no voy a seguir hablando de regalos ni de más compras porque me vais a tomar por materialista. Me hubiera gustado escribir antes de ayer para contar cómo vivimos en mi familia esta fecha o alguna que otra cosilla, como por ejemplo de cuando nos enteramos de quienes eran los Reyes... Pero no he parado en casa apenas.

Hoy es mi último día de descanso. A partir de mañana hay que ponerse a estudiar en serio. Ya os diré qué tal me va. Por el momento... un abrazo y un beso.

El regalito...

Ya tengo el regalo que le voy a hacer al chico de la sala de informática. Me dio la pista Patricia, una bloggera (¿habéis visitado su cajita?). Anda que... como para fiarme de vosotros. Es que ninguno más me ha aconsejado nada... pero bueno, no importa, su idea me pareció estupenda.

Consiste en una moneda y una carta, en la que le explico por qué le hago ese regalo. He pensado en darle una corona danesa, porque estuve en Dinamarca y me gustaron mucho. Tiene corazoncitos, algunas con florecillas... no sé. Lo malo es que, como soy muy caprichosa, me gasté todo el dinero y ahora no tengo ninguna moneda, así que le he pedido a Rainbow que me traiga hoy una, a ver si busca por algún monedero y la encuentra.

He abierto un blog nuevo sólo para que lea su carta, así queda mucho más original y le doy pie a que conteste -si le diera una carta, no podría decirme nada, no nos vamos a ver más-. Así que mañana (me va a dar una vergüenza terrible) me paso a darle el regalo con una hojita donde ponga la dirección del blog, y me marcho.

La verdad es que tengo mis dudas con respecto a lo que le pongo en la carta. Se la he dejado leer a dos personas de la lista de aquí al lado, y a los dos les ha gustado mucho. Lo malo es que yo, cuando me siento delante de un ordenador, me olvido de mi misma y empiezo a ser muy kamala, y a lo mejor digo cosas que... en condiciones normales, no diría. Y no sé cómo se lo va a tomar el chico. Si os apetece saber qué digo en la carta, me lo decís en un comentario y os la mando por correo.

Cambiando un poco de tema... ayer tuve inglés y me tocó trabajar con el Piloto. Tenía ganas de sentarme a su lado, porque controla bastante y la conversación con él es más fluida. Lo malo de todo es su mirada. Tiene unos ojos muy bonitos, marrones pero con un brillo especial. Cuando me tocaba hablar a mi, me miraba diractamente a los ojos, y me estaba poniendo muy nerviosa, por lo que tenía que apartar la mirada constantemente. Además que, cuando le miraba yo, se me iba el santo al cielo pensando en lo bonitos que son sus ojos, y se me olvidaba lo que quería decir. Si a todo esto le añadimos que había que hablar en inglés... vamos que... no daba pie con bola. Así que, kamalita prefería lanzarle alguna pregunta para que hablara él. Después noté que también le costaba aguantarme la mirada y desviaba la suya jajajaja. ¡Menudo par!

Un segundo. Acabo de recibir un correo de una de las personas a las que dejé leer el regalito antes de haberoslo contado. El caso es que me dijo algo así como "jo, si yo fuera ese chico, después de leer esta carta me pensaría dos veces el marcharme o no...". Hoy le he contestado, y le he preguntado que si parecía algo que no era, y... muy amablemente, me ha vuelto a contestar modificando un poco aquellas partes que podrían dar a entender otra cosa. Qué risa jajajajaja, si es que... menuda cursi y ñoñota que soy jajajaja, tendriais que ver lo bien que ha quedado la modificación. Muchas gracias desde aquí.

Sigo con lo del chico de inglés... Nada, poco más, que me gusta su risa porque tiene carcajada. Vosotros pensaréis que menuda tontería acabo de decir, pero no lo es. Mi risa es ahogada, río como si me faltara el aire, y creo que si tuviera carcajada reiría con más ganas. ¿Cómo es vuestra risa?

Vuelvo a cambiar de tema... El otro día Duda me dejó un comentario que me gustó mucho y me hizo pensar. Acababa de leer el post "inglis pitinglis" y dijo esto:

"A veces pienso leyendo post tuyos como este, en las personas que se cruzan en tu vida, y aparecen en tus reflexiones, y me da por preguntarme si a mi alrededor habrá alguien que sepa sacar, como tú, ese juguillo de la vida cotidiana, y escribiendo me mencione en un blog... o en un foro.. (jajaja qué peliculera me pongo)... o simplemente aparezca en sus pensamientos... sin segundas, ojo! jajjaja, no sé si se me entiende..."

Sí, se te entiende jajaja. La verdad es que es bonito, no lo había pensado, puede que ocurra, ¿no? O a lo mejor sólo lo hago yo, que soy muy pesada y lo veo y lo cuento todo. Pero creo que me gusta hablar de las cosas que me llaman la atención de lo que me rodea. Muchas veces, hablando con mi hermana, me pregunta si "fulanito" se acordará de ella. Yo le pregunto ¿te acuerdas tú de él?, ella asiente, y le respondo "entonces, él también se acuerda de ti". Es inevitable meter a la gente en tu vida, lo raro es, que se cuente a otras personas. Pero bueno, ya seguiré con este tema...

Por penúltimo deciros que a mi ordenador le va quedando menos. Sé que mis posts parecen emails, pero los escribo con prisa y os cuento cosillas rápidas. Tengo ganas de hacerlo en condiciones y sacar temas más interesantes o algunos de los que tengo pendientes (no me olvido de las sugerencias de Galiana y Rafael).

Y lo último es que ayer Cabecita loca me dio un regalo que me ha traído de Holanda -ha estado allí de vacaciones-. Se trata de un marcapáginas con la foto de este cuadro (se llama La lechera y es muy bonito):

  Mujer vertiendo leche

Un beso a todos.