Blogia
kamala in Patmos

Las 5 del viernes

Cinco sobre anotaciones

Cinco sobre anotaciones

1.- ¿Que método utilizas para recordar cosas? agenda, la mano, post-it, nota en la nevera?

Normalmente no necesito nada, porque me acuerdo de todo. Mi memoria se basa en el "retroceso" -como lo llamo yo-. Por ejemplo, tengo clase y para saber si mandaron algo, retrocedo al último día de clase, y pienso en lo que hicimos. Si estoy buscando algo que no encuentro, voy hacia atrás en el pensamiento, desandando el camino, y llego hasta lo que había perdido.
A veces sí que necesito apuntar, por eso me compro agenda todos los comienzos de curso, pero la dejo prácticamente en blanco. Allí anoto fechas de exámenes, cumpleaños (que nunca miro) y cosillas que surjen y que no se me pueden olvidar porque son realmente importantes (pagar la academia, el plazo de matrícula...).
La mano no la uso NUNCA. No me gusta ir con las manos sucias. Tal vez, si llevo anillo como siempre me lo pongo en el mismo dedo, al cambiarlo de posición, me doy cuenta enseguida de que es por algo. Y luego uso el retroceso para acordarme de qué se trataba eso tan urgente.

2.- ¿Qué es lo que apuntas todos los días?

No tengo nada que apunte todos los días. Bueno sí, la fecha en los apuntes y tacho los días del calendario cuando van pasando.

3.- ¿Qué no apuntas nunca porque nunca se te olvida?

Jobar, estoy empezando a pensar que no debería hacer estas cinco. Siempre me pasa lo mismo, al llegar a la tercera me doy cuenta de que no tengo tanto que contar. A ver... no apunto prácticamente nada. Ains, jo. Voy a ver la cuarta...

4.- ¿Qué te gusta apuntar?

Los cumpleaños, los sitios a los que voy en el tiempo libre... Este año me he comprado un calendario de mesa. Es grandecito, y puedo apuntar lo que hago diariamente. Como soy perezosa, nunca lo llevo al día, y más o menos una vez a la semana, escribo lo destacable de cada día pasado. Si quedé con alguna amiga en especial, dónde estuvimos, si tuve cumple quienes fuimos, en Navidad lo que comimos...
Luego tengo mil agendas. En una apunto cosas que leo en libros que me han encantado. En otra, direcciones interesantes sobre química (búsqueda de empleo, becas...). Ah bueno, algo que apunto siempre en la agenda son las películas que veo en el cine (con su director y actores principales) y los libros. La verdad es que está bien, y a veces me da mucha rabia leer títulos de libros de los que no recuerdo nada. Es una pena...

5.- ¿Qué es lo que no te gusta apuntar?

La fecha de examen, no sé, me rompo la cabeza pensando qué boli usar para que me de suerte... Casi prefiero no hacerlo, lo que pasa es que nunca hay una hora fija para los exámenes, y aunque el día no lo olvide, en la hora es más fácil equivocarse.
No me gusta apuntar muertes, aunque también lo hago. Después no me gusta mirar ese día. Recuerdo que cuando murió ella, yo estaba en clase de inglés, y la profesora para hacernos escribir, los últimos diez minutos de clase nos da una agendita para contarle un poco de nuestra vida, a modo de diario. Se ha tirado tiempo sin llevarlos a clase para que continuáramos escribiendo, y el otro día lo hizo. Yo retrocedí hasta la fecha del día 16 de noviembre, y leí lo que yo estaba haciendo ajena a lo que le estaba pasando a ella. Y ese mismo día, aquí escribí sobre la muerte... Qué casualidad.
Un beso. No sé por qué he terminado hablando de eso... No me han gustado mucho las cinco, en fin.

¡Qué manía!

¡Qué manía!

Bueno, voy a hacer el rincón de las manías. Recuerdo que un día ya hablé de eso, e incluso de las tonterías que llevo siempre en el bolso, así que contaré otras para no repetirme.

1.- Por ejemplo... al dormir. Siempre me tengo que tapar hasta el cuello, estemos en invierno o en verano. Es que si no, es imposible que me duerma. Pero repito, hasta el cuello. La cabeza no me gusta meterla entre las sábanas, porque no soporto respirar aire caliente, jajajaja. Estamos hablando de manías, ¿no?

Además, me gusta que las sábanas estén tirantes, que me cueste meterme en ellas, porque si no soporto lo del aire calentorro, lo de que se me salgan los pies por abajo. ¡¡es que lo odio a muerte!!

2.- En cuanto a los estudios tengo mil rarezas. Uso dos métodos, dependiendo de cómo sea la mesa de estudio. Si es redonda, formo dos hileras de apuntes. En la que está más cerca, hay dos montones con lo que me estoy estudiando en ese momento. Y en la segunda fila justo encima de la anterior, hay tres. En el que queda más a la derecha están las hojas que uso para sucio; en el del centro lo que me queda aún por estudiar; y en el de la izquierda, lo ya estudiado.

Si la mesa es cuadrada o alargada, siempre me tengo que poner a estudiar en el extremo izquierdo. Manías... porque así es mi escritorio también.

3.- Soy hipermegasúperordenada. Toooodo tiene que estar perfecto, en su sitio. Los pantalones siempre los cuelgo cada uno en su percha. Los jerseys dobladitos. Calcetines y ropa interior en montones sin caerse.. De vez en cuando cojo los apuntes y los cuadro para que estén todas las hojas seguiditas... Siempre guardo cosas que tienen relación unas con otras en el mismo sitio. No sé, creo que así es más fácil recordar luego donde lo pones.

Ah bueno, y me paso el día colocando los cuadros torcidos, cerrando cajones (todo a cal y canto). A veces, si veo algo así, ya no puedo apartar la vista, y aunque soy algo vaguilla para levantarme si estoy sentada, con esas cosas no puedo, y si no me levanto a arreglarlo, me empiezo a poner nerviosita.

4.- Las bebidas calientes y la comida en general, me gustan ¡ardiendo! Me encanta abrasarme la garganta. Cuando nos sentamos a comer, a veces mi hermana me pregunta que si está bien de caliente. Yo le suelo contestar en esos casos que está perfecto. Cuando me pregunta suelen ser porque para ella está hirviendo, y tiene que esperar unos minutos para que se enfríe jajaja.

Y ya que hablamos de comidas, algo que me hace hervir la sangre, son los ruiditos que hace la gente al comer, tales como sorber la sopa, la leche... ¿¿y el plátano?? fijaos, yo lo odio. También que hagan mucho ruido al pinchar con el tenedor, que parece que van a taladrar el plato. O si se trata de yogures que vienen en vaso de cristal, el cacharreo que se hace con la chuchara jajajaja. Me río, pero me pone negra. Y que se metan el dedo para quitarse con la uña algo que se les ha quedado entre los dientes??????? y el dedito en la nariz??????? Os juro que tengo que mirar para otro sitio o cerrar los ojos, porque lo llevo muy mal... me empieza a subir una cosa por dentro...

5.- Algunas veces soy bastante cuadriculada, y esto me viene por ser virgo. En el metro por ejemplo, siempre me tengo que meter por el torno número dos. Es que siempre, parece que mis pasos me llevan hasta él. Y digo yo.... ¿qué más da pasar por el torno cinco? pues no señor, el dos. Me suelo sentar en los mismos sitios siempre que estén libres. Y lo mismo me pasa en clase, que me gusta estar cerca del pasillo. En inglés, lo mismo. En casa tengo mi lugar propio. Para tomar infusiones, la misma taza. El café en vaso si es por la mañana, pero el de después de comer, en taza pequeña. Los macarrones con un tenedor verde que mi madre se compró un día que fue a visitar a Corazón de León, y ahora me gusta usarlo a mi porque me recuerda a él, sobre todo cuando cociné unos macarrones (que estaban exquisitos por cierto) y dejó la cuchara manchada de tomate sobre el mantel!!!!! Me ducho con agua igual de hirviendo, y caliente en verano. Primero me pongo el zapato derecho. Odio llevar pantalones sin haberme puesto los calcetines primero. Anillo en el dedo anular izquierdo. Primero me pongo el pendiente izquierdo.

En fin, todas estas cositas... Me dejo muchísimas, pero las que he puesto creo que son las más interesantes. No voy a ser mala, así que no pasaré el jueguecito a nadie que no quiera hacerlo, pero propongo a Pikifiore. Me gustaría que también lo hiciera Galatea, por conocer. Y sé que Galiana, no lo hará jamás jajajajaja. Al resto ya os he podido leer, y divertirme conociéndoos.

Por último, la foto es buenísima. Simula bastante bien la cara que se le queda a uno cuando se le tuerce una de sus manías jajajajaja.

Inglis pitinglis

Inglis pitinglis
Las cinco del viernes las cuelgan muy tarde, por eso nunca las puedo hacer y no me apetece buscar algunas chulas en otros blogs, así que hoy cuento lo de inglés. Pero antes diré, que a mi coleguita de la sala de informática le queda muy poco para irse, y hoy, después de un año y pico, le he preguntado que si se llama E. Me ha dicho que sí, yo le he dicho el mío y me ha contestado, “ya”. Eso me demuestra que se había parado a leer mi carnet, cosa que nunca le he visto hacer, y eso que siempre me fijo.

A principios de octubre empecé mis clases de inglés (ni en la facultad ni en la escuela oficial de idiomas, es en una academia -esta notita es para aclarar las dudas de Marta, jajajaja-).

No es el primer año que voy, pero el curso pasado lo dejé a la mitad. Tenía muchas cosas que hacer por lo que no me quedaría apenas tiempo para estudiar. No me arrepiento, porque el grupo que me tocó no me gustó. Estaba algo incómoda en clase, la gente era repetidora y había mucho listillo por ahí, eso me cohíbe a la hora de lanzarme a hablar.

Por eso este año iba con... miedo. Aparte de las pocas ganas de ir, me da mucha pereza, y tras un año sin haberlo tocado, lo tenía medio olvidado. El caso es que cuando llegué, la clase estaba semillena, éramos ocho y conmigo ya había seis personas.

Para que os hagáis una idea de cómo es la clase, la explicaré un poco:
se abre la puerta y a la derecha está la pizarra y la silla del profesor. Frente a la puerta un gran ventanal que da a una plaza que me encanta, y en disposición de abanico, se encuentran nuestras sillas a la izquierda.

Yo me senté en uno de los extremos del abanico. La situación era algo incómoda, porque todo el mundo estaba callado. Cuando ya estaba preparada y esperando a la profesora, una chica del otro extremo me preguntó que si era yo la profe, y claro, me partí de risa y le dije que no. Fue algo así:

- ¿Eres la profe?
- ¿¿Yo?? jajajajaja, no, ¿por? (mi madre odia que digamos "por" y no "por qué" jajajaja).
- No sé... es que...
- No. Si lo fuera, no hubiera dejado estos minutos tensos de silencio... jajaja

Y bueno, aquí la gente se rió. Luego otra compañera no dejaba de mirarme, y como me sonaba su cara, le pregunté que si nos conocíamos de algo (no sabéis la de gente que me dice que mi cara les resulta conocida, ya es que me asusto). Me dijo que no, pero yo indagué y al final habíamos ido al mismo instituto. Me preguntó mi nombre y yo le dije el mío.

El resto de la clase, parecía que estaba presenciando un partido de tenis, iban de la una a otra, y después de decir nuestros nombres, les pregunté al resto.

Al momento llegó otro chico algo mayor, treintañero, y con él, la profesora. Es maja, se llama Liz (mira, ya paso de inventarme más nombres, porque veo que se me da fatal y además, me parece poco probable que den conmigo). Es rubita, me parece que de Escocia y se le entiende genial.

Al ratito llegó una chica con la que coincidí otro de los años que estuve en la academia, y me encantó, porque es muy agradable, y curiosamente también fue al mismo instituto. Se llama Maite.

Pues nada, que terminó la clase y yo tan contenta, porque me sentí muy a gusto durante toda la hora y media que duró. Con los compañeros muy bien, nos echamos unas risas y fue un rato entretenido. Me encanta cuando estoy así, porque se puede bromear y no pasa nada... (yo soy muy dada a bromear, que luego cuando lo pienso fríamente, me da vergüenza).

Considero fundamental el estar bien con el grupo, porque en las clases de inglés se habla de todo, y es mejor si te encuentras cómoda para contar tus cosillas. Por ejemplo, el otro día tuvimos que contar lo que habíamos hecho durante el fin de semana. A mi me tocó al lado de Maite, que con ella tengo confianza, pero después lo tuvo que explicar al resto, así que... allí nos enteramos todos de todo. O si no, se pregunta. Otro ejemplillo... el chico que llegó a la par que la profe el primer día, el que era mayor, se sentó cerca de mi ese día. Como eran las presentaciones, Liz nos dividió en subgrupos de tres, y me tocó con él y con otra chica que se llama Olga, e hicimos algunas preguntillas. Ella me preguntó la edad, y yo, ni corta ni perezosa, se la pregunté a Él. Jeje, tiene 35, algo mayor para mi. Dijo suprofesión, piloto (ummm piloto...) y Olga tiene 30. Yo creo que hubo feeling entre los dos, ya os iré contando cómo acaba la historia.

El resto... son majos todos, la verdad. Me llama la atención un chico, pero no sé cuántos años tiene, creo que es menor que yo. Estudia ingeniería aeronaútica (cómo suena, ¿verdad?) y parece inteligente. Además es muy majo, también gasta bromas, mira siempre al hablar, escucha, está atento... No sé. Se llama David.

Después hay otro que se llama Abraham. Al principio... su cara no me dijo nada, pero me senté a su lado para hacer no sé qué (ni se os ocurra pensar mal, esto va por los chicos) y también era muy majo, tenía sus golpes. No sé qué dijo que nos partíamos de risa... ¡Ah sí! se empezó a reír porque había una frase súper típica. Decía algo así como que los españoles siempre viajábamos en verano a Alicante o al pueblo. Como es pijín, pensé que se reía por la imagen que dábamos los españoles, pero claro, él se limpiaría las solapas pensando que no tenía nada que ver con eso, que él veranearía en Xanxenxo. Pero me equivoqué. Yo le dije que solía ir a Alicante, y él se rió, porque se va al pueblo jajajajajaja. ¡Toma ya el pijito! (tiene novia me enteré el lunes).

De las chicas... hay poco que decir. Una de ellas me cae bien, porque tiene mucho desparpajo, no se calla nada. Pero las chicas no interesan, ¿verdad? Maite y yo vamos a quedar algún día para ir al cine a ver películas en versión original, y he pensado que podríamos avisar a alguno de los chicos. Ya os iré contando.

Así que, resumiento (esa palabra está dedicada a AOH), que estoy muy contenta, aunque el otro día me pasó algo que me jorobó un poquito, pero ya lo contaré en otro momento...

Un beso.

Cinco sobre tres

Cinco sobre tres
1.- Tres logros de los que te sientas orgullosa.
Puff, me acabo de dar cuenta de los pocos logros que tengo... Por ejemplo... me siento orgullosa de haber llegado hasta donde estoy en la carrera. Sé que podría haberla llevado mejor para poder sentir así otro tipo de orgullo, el haberlo hecho bien desde el principio. Pero bueno, no me quejo, tampoco voy tan mal.

Otro logro que cada vez consigo con más frecuencia, es el calar tanto en la gente -como estamos entre amigos y me conocéis, sé que esto no lo tomaréis como un punto de chulería por mi parte-. Alucino con esto, porque cuando caigo bien a alguien, dicen que les hago sentir muy a gusto a mi lado. Es algo que más que llenarme de orgullo, me emociona, y me hace sentir bien conmigo misma. Yo odio estar incómoda con ciertas personas, y si yo procuro evitarlo, lo considero todo un logro, sí. Y también la capacidad que tengo para que la gente me cuente sus cosas, esas que ocultan y no contarían a nadie. Pero no sé, a veces me ha pasado que sin apenas conocerme, me cuentan todo, y luego me dan las gracias por no juzgarles y por haberles escuchado.

Madre mía... no se me ocurren más cosas... Bueno, sí, lo de transmitir con las palabras y no sólo escritas, sino también cuando hablo. Eso me lo habéis dicho vosotros por aquí, pero mis amigas, cara a cara, también.

(Espero que no suene este primer punto muy egocéntrico...).

2.- Tres manías.
¿¿Sólo tres?? Jeje. Es que tengo tantas... jajajaja. Soy muy muy virgo, o sea, detallista, puntillosa, ordenada...

Por ejemplo en los estudios... me es imposible estudiar sin haberme lavado los dientes antes. Pero imposible, ¿eh? Y nunca puedo comer nada, ni caramelo ni chicle. Si no, a lavármelos de nuevo. También me molestan toda clase de ruidos porque me despistan.

Cuando me compro un libro, a todos, absolutamente a todos, les pongo mi nombre y mis dos apellidos.

Soy de ideas fijas. Siempre llevo el reloj en la muñeca derecha y un anillo en el dedo anular de la mano izquierda.

Ya está, eran sólo tres, pero mi día está plagado de manías.

3.- Tres títulos de novela que recomiendas.
Creo que ya he recomendado alguna vez. Como libro sensible, “Mi planta de naranja lima” de José Mauro de Vasconcelos. Como novela histórica, “Chamán” de Noah Gordon, que además es muy tierno. Y un tercero... “El príncipe de las mareas” o “La esposa del dios del fuego” de Amy Tan, porque me encantan los libros en los que mezclan el presente y las vivencias del pasado. Y si encima tienen parte romántica, mejor que mejor.

4.- Tres cosas que deberías escuchar.
No me quiero morir sin haber escuchado la voz de alguna que otra persona de esa listita de bloggeros.

Que un médico me diga ¡estás embarazada! y yo querer, claro. Creo que debe ser una de las mejores noticias que se pueden oír si se está plenamente convencido de que es lo que se quiere. Yo por ahora no, pero sé que en un futuro será uno de mis sueños.

Creo que todo el mundo debería escuchar o por lo menos que lo diga el silencio, que eres especial. Pero todos los días de nuestra vida.

(Jolín, qué difícil esto).

5.- Tres formas de describir tu personalidad.
Jobar... no sé por qué me pondré a hacer las cinco del viernes, luego me cuesta un montón. A ver... esta última pregunta, creo que la deberían contestar quienes me conocen.

Los que más se han molestado en saber cómo soy, serán los más fieles a mi verdadera personalidad. Sabrán que me callo muchas cosas, que me cuesta contar lo que me ronda por la cabeza. Que soy más cariñosa de lo que en realidad aparento ser, que soy muy entregada, y que me tomo las cosas muy a pecho (casi demasiado). Que todo lo hago personal y muy mío. Creo lazos invisibles con las cosas que me llegan y me meto muy adentro a las personas a las que quiero. Soy extremadamente sensible y me duelen mucho las malas maneras cuando me dicen algo.

Los que sólo me conocéis por aquí, no me describiríais como una persona fuerte o dura, cosa que puedo aparentar en la vida real. Tampoco diríais que no hablo de sentimientos, porque por aquí no paro... No sabéis lo exigente que puedo llegar a ser... ni que me moleste tanto la indiferencia o las pocas ganas con las que actúan los de mi alrededor. Eso me supera.

Y los que no me conocen como kamala, sino como soy al exterior, no sabrán por ejemplo, que me encanta leer todo aquello que tenga que ver con la sensibilidad. No sabrán que me afectan muchos de sus comportamientos y que no se lo digo. Saben que soy sincera, pero piensan que digo todo lo que se me pasa por la cabeza, cuando no es así. No han descubierto mi mal humor, porque generalmente, no me enfado mucho con personas que no conozco. Soy diplomática y sé estar, pero a veces, con los del primer grupo que me conocen tan bien, pierdo los papeles. Estos mismos saben que sé pedir perdón, y cuando lo hago, es de todo corazón...

No sé... creo que no con todas las personas nos mostramos igual. Por eso he puesto esa foto.

Un beso.

Tiempos de cambios

Tiempos de cambios
Hace unos días, Ligre me dijo que está esperando a que cuente todo aquello que me deja helada. La verdad, no sé a qué se refiere, ni sí lo dice por algo en concreto, pero todos callamos cosas. Siempre.

Creo que se avecinan tiempos de cambios. No me asustan, los espero ansiosamente, porque los últimos meses no han tenido mucho de especiales. Es bueno pararse a pensar qué es lo que no te gusta de tu vida e intentar cambiarlo, porque nadie como uno mismo sabe lo que le conviene.

Cuánto más cambian las cosas, más siguen igual. No sé quién fue el primero el que lo dijo, Shakespeare probablemente, quizá Sting pero de momento es la frase que mejor explica mi momento fatal, mi incapacidad para cambiar. No creo que sea el único...

Cuánto más conozco a las personas, más me doy cuenta de que todos tenemos ese defecto. Quedarnos exactamente igual todo el tiempo que sea posible, quedarnos sin muebles te hace sentir mejor, y si sufres, al menos el dolor es familiar. Porque si sigues esa brizna de esperanza, sales de tu cueva, haces algo inesperado, quién sabe qué otras angustias puede haber fuera. Podría ser aún peor. Mantienes tu “estatus quo”. Eliges el camino que ya conoces y no parece tan malo. No en cuanto a los defectos, no eres un drogadicto, no has matado a nadie, excepto puede que a ti mismo.

Cuando finalmente cambiamos, no creo que sea un terremoto o una explosión, no creo que de repente seamos otra persona. Creo que es más sutil. Algo que la mayoría de la gente no nota, a menos que se fije muchísimo, lo cual, gracias a Dios nunca hace. Pero tú lo notas. En tu interior ese cambio es todo un mundo y esperas que esa sea la personas que vas a ser para siempre. No tener que volver a cambiar nunca
.

Qué cierto es eso de que uno nota el cambio por dentro. Se trata de una pequeñez. A veces se cambia por alguna circunstancia de la vida en la que nos vemos inmersos, sin querer; otras porque no somos felices y nos damos cuenta de que eso sólo depende de nosotros y tenemos que hacer algo; en ocasiones se necesita cambiar para descubrir otras cosas de la vida...

Yo necesito dos cambios sutiles. Uno consiste en ganas por acabar la carrera, y el otro tiene que ver con mis sentimientos.
Los llamo sutiles porque como en el fragmento de la serie Everwood –lo escrito en cursiva- es algo tan insignificante que los demás no lo notan, pero dentro de ti surge un nuevo mundo. No sé qué es lo que ha pasado por mi mente últimamente que me ha hecho fijar esos dos cambios pero... me siento con ánimo de llevarlos a cabo y no puedo hacer otra cosa si no alegrarme. Había perdido el rumbo. Bueno, dos rumbos también. Así que cambiar para mejor, no será malo, ¿verdad?

Tiempos de cambios

Tiempos de cambios
Hace unos días, Ligre me dijo que está esperando a que cuente todo aquello que me deja helada. La verdad, no sé a qué se refiere, ni sí lo dice por algo en concreto, pero todos callamos cosas. Siempre.

Creo que se avecinan tiempos de cambios. No me asustan, los espero ansiosamente, porque los últimos meses no han tenido mucho de especiales. Es bueno pararse a pensar qué es lo que no te gusta de tu vida e intentar cambiarlo, porque nadie como uno mismo sabe lo que le conviene.

Cuánto más cambian las cosas, más siguen igual. No sé quién fue el primero el que lo dijo, Shakespeare probablemente, quizá Sting pero de momento es la frase que mejor explica mi momento fatal, mi incapacidad para cambiar. No creo que sea el único...

Cuánto más conozco a las personas, más me doy cuenta de que todos tenemos ese defecto. Quedarnos exactamente igual todo el tiempo que sea posible, quedarnos sin muebles te hace sentir mejor, y si sufres, al menos el dolor es familiar. Porque si sigues esa brizna de esperanza, sales de tu cueva, haces algo inesperado, quién sabe qué otras angustias puede haber fuera. Podría ser aún peor. Mantienes tu “estatus quo”. Eliges el camino que ya conoces y no parece tan malo. No en cuanto a los defectos, no eres un drogadicto, no has matado a nadie, excepto puede que a ti mismo.

Cuando finalmente cambiamos, no creo que sea un terremoto o una explosión, no creo que de repente seamos otra persona. Creo que es más sutil. Algo que la mayoría de la gente no nota, a menos que se fije muchísimo, lo cual, gracias a Dios nunca hace. Pero tú lo notas. En tu interior ese cambio es todo un mundo y esperas que esa sea la personas que vas a ser para siempre. No tener que volver a cambiar nunca
.

Qué cierto es eso de que uno nota el cambio por dentro. Se trata de una pequeñez. A veces se cambia por alguna circunstancia de la vida en la que nos vemos inmersos, sin querer; otras porque no somos felices y nos damos cuenta de que eso sólo depende de nosotros y tenemos que hacer algo; en ocasiones se necesita cambiar para descubrir otras cosas de la vida...

Yo necesito dos cambios sutiles. Uno consiste en ganas por acabar la carrera, y el otro tiene que ver con mis sentimientos.
Los llamo sutiles porque como en el fragmento de la serie Everwood –lo escrito en cursiva- es algo tan insignificante que los demás no lo notan, pero dentro de ti surge un nuevo mundo. No sé qué es lo que ha pasado por mi mente últimamente que me ha hecho fijar esos dos cambios pero... me siento con ánimo de llevarlos a cabo y no puedo hacer otra cosa si no alegrarme. Había perdido el rumbo. Bueno, dos rumbos también. Así que cambiar para mejor, no será malo, ¿verdad?

Testigo de libros

Testigo de libros Hola chicos, llego un poco tarde con lo del testigo, pero aquí estoy. Podría haber pensado más las respuestas, hay muchos libros que no tengo en casa porque son de la biblioteca, pero bueno... Allá va.

Pregunta: Estás atrapado en Fahrenheit 451, ¿qué libro te gustaría ser?
Puff, qué difícil... No sé, aunque estoy segura de que no elegiría Franhrenheit 451. No me gustó, demasiado... ¿cruel? Qué vida, ¿no? Me dejó muy mal sabor de boca.

Pregunta: ¿Alguna vez te enamoraste de algún personaje de ficción?
Enamorarme enamorarme... la verdad es que no, pero sí que estaba loquita de pequeña con Gilbert Blythe, el que tiraba de las trenzas a la chica pelirroja que era Ana de las Tejas Verdes. Veía la serie y decidí leerme los libros, porque siempre mejoran y cuentan más cosas.

Ah bueno, y ahora que lo pienso, también un poquito de Rett Butler, de Lo que el viento se llevó.

Pregunta: ¿El último libro que compraste fue?
El último es “Nunca miras mis manos” de Susana Pérez-Alonso, que trata de una chica que se enamora por internet. Me gustó –aunque aún no lo he leído- porque habla de todas las sensaciones que desde aquí nos llegan.

Pregunta. ¿Qué estás leyendo actualmente?
Estoy leyendo “Llora, Alegría” de Cuca Canals. Lo he empezado hoy y ya llevo casi medio libro. Me está encantando, es de los míos. Cada frase, contado con sencillez...

El de Nunca miras mis manos, lo he dejado aparcado porque voy a subrayar las cosas que me gusten, para luego recordarlas –o las que haya sentido alguna vez por aquí-. Me estaba encantando, y emocionando... Cuando lo lea, ya os daré guerra.

Ahora leo poco porque tengo una pila de apuntes enorme y un libro super bonito que se llama quimiometría (estudio química). Si queréis os lo presto.

Pregunta. Cinco libros que llevarías a una isla desierta:
A ver... también, como Su, me decanto por uno de Lucía Etxebarria, pero “Beatriz y los cuerpos celestes”. Éste, para hacerme pensar y buscarme entre los sentimientos de la protagonista.

“Mi planta de naranja lima” de José Mauro de Vasconcelos, porque, sencillamente, me llena de ternura y es el primer libro que me ha hecho llorar. Y no sólo la primera vez que lo leí.

También, “Tan veloz como el deseo” de Laura Esquivel. Se lee muy bien y, os parecerá increíble pero, hasta la última página me mantuvo con muchas ganas de cambiar el giro de su historia.

Para reirme, me llevaría sin dudar el de “Cómo ser una mujer y no morir en el intento” de Carmen Rico Godoy. Un día de verano, aburrida y con insomnio fui al salón, cogí ese libro porque era de los pocos que no había leído, y... me partía de risa. Me lo leí casi del tirón.

Y el quinto, cómo no, “El Principito”.

Pregunta. A quién pasas esto y por qué...
Bueno, se lo paso a aquel que lo quiera hacer de todos mis contactos, no comprometo a nadie (pero me gustaría que lo hicierais todos, jejeje).

Un beso.

Cinco sobre frases hechas

¿Son ciertas? ¿Te identificas con ellas? ¿Qué significan para tí?

1) Que hablen de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen.
Ésta es totalmente cierta. Yo soy una de esas personas de las que se habla. Lo sé, porque estas cosas se notan. Pero es que llamo la atención sin saberlo. No sé qué tendrá mi cara, ni las cosas que digo, que todo el mundo lo tiene en cuenta.
Eso está bien en ocasiones, pero en otras... resulta un poco desagradable.

Pasar desapercibido, sentirse un cero a la izquierda... como que no va conmigo. Así que prefiero que hablen de mi y que se acuerden, a que no.

2) Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.
Sí y no. Hay silencios mágicos que no se deberían tocar, pero hay otros silencios que resultan incómodos.

¿Un momento mágico? Cuando el silencio no es silencio y las miradas hablan.

¿Un momento incómodo? Cuando no sabes qué decir y sólo te preocupa pensar en algo para romper ese silencio.

3) El más difícil no es el primer beso, sino el último.
Para mi no. El primero siempre será el más difícil. Después, esos labios ya son míos...

Un beso de despedida sí que puede ser el más difícil, pero a no ser que sea para toda la vida, ¿quién nos dice que no volveremos a encontrarnos?

4) Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres.
Sí, el carácter se debe educar. Gran parte de lo que somos se debe a la educación que recibimos desde pequeños.

5) Prefiero morir de pie, a vivir arrodillado.
Porsupuestísimo. No hay más que decir.

Las 5 de momentos

1) ¿Cuál ha sido el momento más romántico de tu vida?
El más romántico... creo que fue un día de madrugada. Yo le miraba a él, y él a mi. El mar quedaba a nuestro lado. Yo le pregunté qué íbamos a hacer... y él contestó... que ver como empezaba a amanecer (y me giró la cara para que lo viera reflejado en el mar...).

2) ¿Cuál ha sido la situación más vergonzosa que has pasado?
¿Lo tengo que contar? La verdad es que me han pasado varias cosillas. Por ejemplo, un día entré en Zara a dar una vuelta a ver si veía algo. Llevaba todo el invierno detrás de una chaqueta que me llegara un poco por debajo de la cintura, que ya se la había visto a algunas chicas. El caso es que mirando, veo encima de una mesa –de esas que ponen para que las clientas dejen las prendas que no quieren después de probárselas- una chaqueta que me encantó. No me lo podía creer...

La cojo y me la paso al probador. Lo primero que hice, fue ponérmela, y me extrañó un poco que pesara tanto... Antes de abrochármela, metí las manos en los bolsillos y... ¡¡Dios!! ¡¡No me lo podía creer!!, ¡¡había un paquete de tabaco y una cartera!! ¡¡Esa chaqueta era de alguien!! Corriendo me la quité y salí, y ví que una mujer le decía a la dependienta que había dejado ahí su chaqueta... ¡Ains! Como pude se la entregué, carraspeando, pensando qué decir.... pero la chica de Zara habló por mi, y le decía que seguramente alguien la habría metido en el probador sin darse cuenta... (no insinuó en ningún momento que hubiera sido yo, pero por si las moscas... salí casi corriendo... jajajaja).

3) ¿Qué es lo más extraño, surrealista o inexplicable que te ha sucedido?
Bueno, no me ha pasado nada de este tipo, pero contaré algo que me dejó un poco sorprendida.

Un día, llamé a un amigo a casa. Y tras marcar, no oí nada más, ni siquiera los tonos que preceden hasta que lo cogen. Y de repente, oigo respirar... ¿Dani? ¿eres tú? Nos habíamos llamado a la misma vez, y ambos sabíamos quienes éramos...

4) ¿Cuál fue tu momento más triste?
Cuando murió “Niña tranquila”. Se suicidó.

Se han quedado muchos momentos de aquel día en mi mente, pero lo peor era escuchar los llantos de su madre. Fue muy muy triste.

5) ¿Cuál es el recuerdo más antiguo que conservas de tu vida?
Tenía dos años. Estaba en casa de mi abuela, y en un despiste, me metí a la habitación de mis tías, que eran jovencitas. Encima de la mesita redonda –parece que la estoy viendo- había un pintauñas rojo. Y yo lo cogí, lo abrí como pude y comencé a pintarme.

Mientras lo hacía, yo misma pensaba que me estaba saliendo mucho, que me las pintaba mal y... al momento escucho la voz de mi madre que acababa de llegar: “¡¡mis nenas!!”. Yo temblé, y como no quería que me viera con eso, me restregué los dedos en el jersey y ¡¡horror!! Se puso rojo (jajajaja). Bueno, recuerdo que, extrañamente, mi madre no me regañó mucho...

PD: Yo no soy la de la foto, pero esta niña se parece muchísimo a mi cuando tenía su edad.

Viernes del sueño

Viernes del sueño 1) ¿Te levantas al primer toque del despertador? ¿O eres de los que apagan el snooze una y otra vez?
Puff, aquí me habéis pillado. Me pongo todos los días el despertador y el móvil, pero prácticamente nunca me levanto... me quedo los típicos cinco minutos de más, y al final se convierten en... (me da vergüenza decirlo). Pero doy orden en mi casa para que me llamen cuando se levanten si tengo que madrugar para algo importante (o entre semana para ir a clase o estudiar).

Hay veces que si estoy muy cansada, ni siquiera lo oigo, y lo apago en sueños, por eso los tengo que poner es sitios estratégicos para tener que incorporarme para apagarlos...

2) ¿Desayunas antes de salir de casa, o prefieres dedicar esos preciosos minutos extra a dormir?
Sí, desayuno en casa, porque siempre voy con prisas y no me daría tiempo a meterme en alguna cafetería.

3) ¿Te echas una siesta al mediodía?¿Te gustaría pero no puedes?¿O tienes una incapacidad fisiológica (como yo) para ello?
No duermo durante el día por varios motivos. Primero porque me parece que pierdo el tiempo. Segundo, que hay días en los que no puedo, no tengo un horario fijo... pero vamos, que si me tumbo un ratito me quedo frita. Creo que me cuesta menos dormir la siesta que hacerlo por las noches y quizá tenga que ver con que por la tarde si me acuesto un rato es porque verdaderamente estoy cansada, pero por la noche, tener que dormir sin ganas... no sé...

4) Si sales de marcha, y te vas a dormir muy tarde (pongamos a las siete de la mañana), puedes dormir ocho horas seguidas (o más)?
Sí puedo dormir esas horas, pero me cuesta un poco conciliar el sueño... Estoy aturdida por la música que ponen tan alta. Pero después, una vez dormida, aguanto mucho en la cama.

5) Por la noche ¿es un placer meterse en la cama, o alargas la velada hasta la madrugada, aunque tengas que ir a trabajar/estudiar al día siguiente?
Me acuesto tarde desde que era muy pequeña. Me encanta la noche, y siempre me surgen miles de cosas para hacer. Y también, si veo que me va a costar dormir, retraso ese momento porque me desespero mucho.
La verdad es que no duermo casi, ahora que lo pienso, pero luego estoy bien durante el día. Debe ser que no necesito muchas horas de sueño.

Las 5 sobre juegos

Las 5 sobre juegos Mis primeras 5... la verdad es que tenía curiosidad por saber cuáles eran... Empiezo.

1)¿Cuál es tu juego de mesa favorito?
Me encantan los juegos, de siempre. Pero favorito no tengo. Está el Pictionary, el Party, Monopoli (con este me llevaba unos piques con mi ex... nos teníais que ver)...

Pregunto a mi hermana por juegos de mesa y me dice que el bingo, jajajajaja.

En realidad cualquier juego que me enganche, pero en el tabú soy LA MEJOR. Se me da genial. Pero me pongo muy nerviosa.

Cuando nos juntamos por las fiestas, sacamos los juegos y nos dividimos en grupos. A veces suele ser chicos contra chicas y... puff, qué mal me pongo yo, porque no me callo a nada, jajajaja.

2) ¿En qué juego de cartas no te gana nadie?
A las cartas también me gusta jugar. Y me encanta aprender juegos nuevos. Y al que nadie me gana es al “chúpate dos” (o pumba... la verdad es que tiene muchos nombres). Y al rápido también soy muy buena.

3) ¿Tienes buen perder?
Sabía yo que estaba esta pregunta... Digamos que... me controlo cuando pierdo, jajajaja. No me gusta nada nada perder, es que soy muy competitiva. Me gusta el juego limpio y soy muy justa (creo).

4) ¿Has jugado al strip-poker alguna vez? si es así... ¿con cuántas prendas te quedaste?
No. Soy muy buenecita. Aunque me lo insinuaron con 14 años en el viaje de fin de curso. Todavía no sé si lo decían en serio...

5) ¿Te has viciado a algún juego online?
No, me aburren, aunque estuve un tiempo sin internet y jugaba a uno que era de bolitas... Después, me tiraba todo el día viendo caer bolas en mi mente...

bonus track: ¿Cuál es tu juego favorito en la cama?
Jejeje... uno muy divertido.